Después de cada confrontación electoral, una vez hechos los recuentos de votos, hay siempre distintas valoraciones, pero curiosamente el mensaje de los líderes políticos es casi siempre triunfalista. Sólo las debacles electorales provocan que se hagan lecturas realistas y nada triunfalistas.
Olvidamos, no obstante, que lo más importante de la democracia es la voluntad popular, y los políticos españoles no suelen hacer mucha autocrítica. Alguien dijo una vez que la épica era para los ganadores y la lírica para los perdedores, y los resultados de ayer en nuestra ciudad (como en todas las ciudades) nos dan, a priori, unos ganadores y unos perdedores, y la euforia de unos contrastaba con el bajón anímico de otros. No obstante, deberíamos analizar fríamente todos los datos, y convertir este día poselectoral en la auténtica jornada de reflexión.
LA LÍRICA
Inmaculada Jiménez (PSOE) sigue siendo la más votada y por tanto es la ganadora de las elecciones. Jiménez anoche tuvo una gran entereza y supo gestionar muy bien las emociones propias y de todos los militantes del partido. Su mensaje positivo fue el de que ellos eran la lista más votada, algo inapelable, pero donde faltan matices importantes. Casi todo Tomelloso daba por hecho que el PSOE sería el ganador, pero (y este es el matiz) con mayoría absoluta y aplastante, y ese puede haber sido el error cometido por Jiménez, que han basado su campaña en todo lo conseguido para la ciudad, y cuyo lema lo resumía muy bien: HECHOS.
En todas las tertulias de las últimas semanas ese lema parecía acertado, y eran pocos los que no reconocían todo lo hecho por el equipo de gobierno. Por lo tanto, ese triunfalismo estaba cargado de lógica y no parecía ser producto de una entropía. Y sin embargo, esa entropía sí que existía, pues había más elementos que se podrían haber transformado en datos objetivos y tenido en cuenta, como los históricos problemas de nuestra ciudad, y su carencia de servicios que una y otra vez se nos deniegan, pero sobre todo existe el problema de nuestro hospital, el cual perdiendo calidad y eficiencia ante la desesperación del propio equipo de gobierno. Pero eso solo no es suficiente para justificar los 1.142 votos perdidos por el PSOE después de una legislatura que parecía perfecta. El partido tendrá que hacer autocrítica y encontrar las respuestas que este humilde cronista no es capaz de encontrar.
Ricardo Martínez (Unidas por Tomelloso) se mostró desolado ante uno de los resultados más bajos obtenidos por la formación de izquierda. La formación ha hecho una campaña muy trabajada, elaborando un programa muy coherente pensando en Tomelloso sobre todo. No obstante, es posible que la inexperiencia de Martínez haya hecho que a la ciudadanía no le haya llegado totalmente el mensaje.
LA ÉPICA
Elena Villahermosa (VOX) ha sido la otra cara de la moneda. Con una remodelación total de un partido que parecía que no podría llegar a presentarse a las elecciones, ha podido llevar su lista adelante y ganar más de 700 votos sobre los últimos comicios. Villahermosa ahora tendrá que demostrar que está preparada para gobernar en coalición y saber ser los socios minoritarios del Gobierno municipal, buscando consenso y diálogo.
Javier Navarro (PP) es el ganador moral de estas elecciones. Hace un mes muy pocos daban un duro por que éste alcanzaría la alcaldía. Sin embargo, y contra todo pronóstico, si no ocurre algo muy extraño, él será el alcalde de Tomelloso los próximos cuatro años.
Navarro siempre decía que las elecciones no se ganan sino que se pierden, y quizá esa haya sido la clave para sobreponerse a la debacle de las últimas elecciones, en las que tuvo la honradez de asumir su responsabilidad, sobreponerse a todo ello,y ser el líder de la oposición durante toda la legislatura, y sobre todo creer en sí mismo cuando pocos creían. Pero él tenía muy claro (y así lo manifestó en varias ocasiones) que sería la última vez que se presentaría si no lograba ganar la alcaldía.
Sobre Javier Navarro se han dicho muchas cosas, pero lo que más se repetía era que a pesar de ser un gran experto, un hombre trabajador y honrado, carecía de carisma. Ahora está en sus manos desmentirles y demostrar que puede ser un buen alcalde con carisma y tan válido y eficaz como Inmaculada Jiménez, por lo tanto debemos felicitarle y desearle mucha suerte, además de pedirle que sea el alcalde de todos los tomelloseros. Quizá lo vaya a tener un poco más difícil, pues el Gobierno de la junta sigue en manos de PSOE de García Page, pero eso no debería ser excusa para un hombre que ha luchado contra las encuestas y la opinión pública, para llegar a donde llegó anoche.
Es evidente que los resultados de las elecciones locales de Tomelloso también están influenciados por otros factores, ya que esta campaña electoral se ha planteado como si fueran unas elecciones generales en todo el territorio, y parece que se he tenido menos en cuenta la política local y los intereses municipales que en otras ocasiones. No obstante, en todo el territorio nacional se ha hecho evidente el giro a la derecha de la ciudadanía. La fiesta de la democracia es la culminación del poder de la voluntad popular, y todo el mundo (políticos y ciudadanos de a pie) deben sacar conclusiones. Los vencedores deben ser generosos y tratar de no cometer los clásicos errores del poder, y los perdedores lamerse las heridas y levantarse con fuerza porque dentro de menos de dos meses tenemos otras elecciones, esta vez generales, y esto ha sido un pequeño avance de lo que quieren los ciudadanos.
El pueblo soberano ha hablado y, nos guste o no, hay que acatar los resultados con la conciencia de lo que significa poder elegir a nuestros representantes en un país que hace poco más de 45 años no podía hacerlo. Todos los candidatos deben sentirse ganadores, y aunque ahora mismo sea difícil de metabolizar, todo esto les dará, a medio o largo plazo, una gran experiencia personal y sabiduría para su futuro tanto a nivel político como personal. De momento solo podemos apoyar las palabras de Winston Churchill: la democracia es el menos malo de los sistemas políticos.