La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), con motivo de la celebración este miércoles del Día Internacional de la Mujer, subraya la importancia de garantizar la seguridad de los profesionales en el ámbito sanitario: las mujeres son las víctimas en casi ocho de cada diez agresiones.
Desde CSIF, exigimos tolerancia cero frente a la violencia física o verbal y reclamamos más medidas de protección y recursos ante las agresiones en los espacios sanitarios. La conflictividad se ha visto agravada por el colapso de la Atención Primaria y la saturación en los centros hospitalarios: la demora en los tiempos de asistencia provoca frustración y crispación entre los pacientes.
La responsable de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF Sanidad Castilla-La Mancha, Victoria Gutiérrez, subraya que “los graves problemas que padece nuestro sistema sanitario no pueden justificar nunca una agresión, hay que acabar con esta lacra”. De acuerdo al último Informe de Agresiones a Profesionales del Sistema Nacional de Salud, que publica el Ministerio de Sanidad con datos de 2021, el 77 % de las agresiones las sufren las mujeres.
Además, la Central Sindical alerta de que se están llegando a normalizar las amenazas, coacciones e insultos que sufren las trabajadoras, que por su cotidianidad y por la creencia de que su denuncia no va a suponer ningún avance, no se ponen en conocimiento. “Los propios profesionales nos transmiten que han aumentado las agresiones verbales”, un hecho que viene avalado por el balance de las amenazas a profesionales sanitarios durante el 2022 presentado la semana pasada por la Policía Nacional, con un incremento del 7 %.
“Todavía estamos esperando a que el Sescam nos proporcione datos de agresiones de 2022, lo hemos pedido una y otra vez, y de hecho el Comité de Seguridad y Salud Laboral no se reúne desde noviembre de 2021. Es algo que ya denunciamos ante Inspección de Trabajo el pasado mes de octubre”, explica Gutiérrez, que añade que “en todo caso, se está produciendo un incremento, sólo conocemos que en 2022 hubo 16 agresiones físicas en el Sescam, 3 más que en 2021”.
En este sentido, CSIF vuelve a censurar las declaraciones del director general de Recursos Humanos del Sescam, que en relación a la agresión sufrida por una facultativa en Mora acusaba al sindicato de culpar únicamente al Sescam y de no haber condenado la agresión; es más, señaló que “cada uno hace sindicalismo a su manera”; unas declaraciones que para el sindicato son desafortunadas y maliciosas. Efectivamente, “nosotros somos independientes y así nos compartamos, estamos al lado de los trabajadores y no de los gobiernos, nunca miramos para otro lado cuando un trabajador tiene problemas, es nuestra razón de ser. Debería ser muy fácil de entender nuestro papel, pero por desgracia no es la norma”, sostiene Gutiérrez.
“Nos parece muy grave que un alto cargo acuse a un sindicato de no condenar al agresor. Es un descarado atrevimiento y desde luego que debería explicar cuál es su intención”, señala Gutiérrez, que insiste en que “no nos va a callar, cada vez que se produzca una agresión lo vamos a condenar y vamos a reclamar medidas, porque es que además resulta increíble que tengamos que estar pidiendo al Sescam que actúe, que se tome en serio las agresiones”.
Precisamente la facultativa agredida en Mora el pasado 25 de febrero, Ana María Cue, ha agradecido a CSIF la “ayuda que me ha prestado, siempre han estado a mi lado y siempre han denunciado la difícil situación que padecemos”.
Cue ha señalado que somos muchas veces las mujeres las que “somos el objetivo de las agresiones. Han aumentado, especialmente en las mujeres. No se trata de que el ámbito sanitario esté feminizado, sino de las faltas de respeto demasiado habituales. Nos ven como más débiles o que están por encima de nosotros”, además de que “hay muchas compañeras que no denuncian”.
Sobre el incidente de Mora, Cue ha recordado cómo el padre de una paciente acudió al centro y la amenazó, arrinconándola en un rincón de la consulta; una actitud violenta que no disminuyó a pesar de que manifestó que se encontraba embarazada. El pasado mes de mayo sufrió otra agresión en una asistencia a domicilio, siendo zarandeada y empujada por el padre de la persona que requería atención sanitaria.
La facultativa reconoce que “tiene miedo”, que hay condiciones en las que no se garantiza la seguridad y que ha aumentado “la creencia entre los pacientes de que esto es un supermercado, o les das lo que quieren o te dicen que eres una sinvergüenza, te levanto la voz, te arrincono, te amenazo…”.
SOLUCIONES
CSIF reclama la dotación de personal de vigilancia en todos los centros de salud. En la Atención Primaria es donde se registran hasta el 70 % de las agresiones. La mayor parte de la red sanitaria se encuentra desprotegida.
Además del personal de vigilancia, otros recursos deben ser la instalación del botón del pánico y cámaras de seguridad; sistemas informáticos de alerta; implantar protocolos como la apertura y cierre de centros, gestión de llaves, rondas, custodia de drogas…; adaptación del espacio de atención asistencial como recurso para prevenir agresiones, con múltiples puntos de acceso y salida; una mayor coordinación con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; desarrollo del régimen disciplinario respecto a aquellos pacientes que han realizado acciones de violencia y que reinciden.