Directivos de Endesa, Naturgy e Iberdrola han destacado este viernes el nuclear español como un sector «potente» que puede hacer frente al «trilema» energético, que demanda energía «abundante, fiable y barata», y han ahondado en las ventajas de un sistema que ofrece disponibilidad tecnológica, profesionales cualificados, recursos e inversión.
Así lo han destacado durante la sesión titulada ‘El valor estratégico de la nuclear para España’, enmarcada en la 48 Reunión Anual de la Sociedad Nuclear Española (SNE), el director general de Energía Nuclear de Endesa, Gonzalo Carbó; el director de Generación Convencional de Naturgy, Luis Zarauza y el director general de Iberdrola Generación Nuclear, Francisco López, que ha estado moderada por el presidente de la SNE, Emilio Mínguez.
Ha sido Gonzalo Carbó el que ha apuntado que la nuclear tiene «muchas» ventajas, además de la de resolver el «trilema energético» de ser una energía barata, que no falla y que no es emisora. Es abundante –las siete unidades que actualmente tiene el país producen «de forma masiva», casi el 20% de la electricidad que se genera en España– y supone una fuente autónoma de producción siendo su autonomía «muy grande», por ejemplo, ante el impacto que puede provocar un corte de gas.
Después de la pandemia de COVID y de la guerra de Ucrania, ha comentado, «nos hemos dado cuenta de muchas cosas», entre ellas de que «no se puede depender tanto del exterior» en materias primas o en energía, porque los países productores de petróleo y gas «no va a aceptar que su oferta, ante una caída de la demanda, implique que los precios sean más baratos». De ahí que los países occidentales necesiten «energía barata, asequible, disponible y en grandes cantidades, que no dependa ni de terceros ni de precios».
También se ha referido a estos aspectos el director general de Iberdrola Generación Nuclear, al considerar que, atendiendo al aspecto del medio ambiente, de la seguridad del suministro y de la economía de las diferentes fuentes de energía de generación del país, sumado al desarrollo tecnológico y a la contribución de la energía nuclear, en aquellas regiones donde está instalada, «la generación nuclear es la que más llena ese pentagrama».
Ha incidido, en este sentido, en que en materia de descarbonización y lucha contra el cambio climático, la nuclear es «la tecnología con menos emisiones de CO2 en todo su ciclo de vida», mientras que abordando la seguridad se ha remitido a episodios como ‘Filomena’ o las tormentas que sufrió en 2017 la Comunidad Valenciana, donde fue la generación nuclear la que «aguantó el sistema eléctrico en buena parte».
Francisco López ha apuntado que, ante su falta, «alguien tendrá que tomar el relevo de ese sistema de energía firme ante las perturbaciones» y aunque apuestan por una generación renovable, «que tiene un papel imprescindible», no ha querido obviar que la salida de la energía nuclear «pondría la situación más difícil», reseñando cómo, además, sus costes intrínsecos «son competitivos».
El director de Generación Convencional de Naturgy ha coincidido en que el nuclear es un sector «potente, capaz de dar gran escala a todas sus actuaciones y conseguir pasos realmente importantes», habida cuenta de que en él hay una concentración «enorme» de profesionales «muy capaces», de que el desarrollo de infraestructuras es «enorme» y de que el conocimiento técnico está «en la línea más avanzada que se puede alcanzar en el mundo de la energía nuclear».
Todas ellas, ha resaltado, son unas de «las palancas principales para contar en el cambio del sistema que se está poniendo en marcha», además de «virtudes que van a escasear en el futuro próximo», donde hay muchas voces que dicen «que uno de los principales limitantes que se pueden dar en este cambio es la disponibilidad tecnológica, de profesionales, recursos e inversión».
EL VALOR ECONÓMICO DE LA ENERGÍA NUCLEAR
También Luis Zarauza ha reparado, de otro lado, en el «gran debate» que existe ahora mismo en torno al valor económico de la energía nuclear, y que en el futuro «tendrá cifras multimillonarias», apostando por enfocar el valor de esta energía desde el que puede tener para el recibo de la luz, en un país donde existen unos 30 millones de clientes eléctricos, y por reflexionar sobre ese impacto.
De hecho, ha comentado que la energía nuclear aporta un valor directo a la sociedad que ha cuantificado en cerca de un 1 por ciento del Producto Interior Bruto. «Es un valor tan grande que, o se mantiene, se sustituye, o se pierde», ha argumentado.
El director general de Energía Nuclear de Endesa ha apostado por buscar «fórmulas que quiten incentivos al petróleo y el gas» y hagan que la electricidad «sea barata», algo en lo que las renovables ayudan, pero no los impuestos a la nuclear. Sobre los impuestos, Francisco López ha referido que hay que «seguir haciendo esfuerzos para que a la generación nuclear se la trate de forma equilibrada».
«Igual que estamos contribuyendo en este momento a no tensionar los precios y permitir que las comercializadoras puedan hacer ofertas de largo plazo a precios muy competitivos a nivel europeo, que cuando haya momentos de dificultades las empresas no tengan que ser las que se hagan cargo de esa pérdida de competitividad», ha comentado, añadiendo que las centrales nucleares son necesarias «desde un punto de vista estrictamente económico».
De otra parte, los tres directivos han hablado de los retos a afrontar en el futuro de no continuar las centrales nucleares, y que el responsable de Endesa ha calificado como «muy relevantes», apreciando que ahora mismo «hay muchos condicionantes que nos empujarían a tomar la decisión de la continuidad y muy pocos que nos llevarían como Estado al cese».
Desde Naturgy, su director de Generación Convencional ha sumido que retos «hay muchos» y «en muy distintos órdenes», viendo uno de los más importante el de la «estabilidad de la red», mientras que, desde Iberdrola, Francisco López ha explicado que como empresas eléctricas «hay planes de inversión potentísimos en todas las compañías para reformar las infraestructuras y para construir una nueva generación renovable y almacenamiento» aunque «lo prudente sería seguir generando con todas nuestras centrales con los mismos niveles de seguridad o mayores».
En último término, han hablado del grupo de países europeos que integran la Alianza Nuclear, entre los que no figura España. Gonzalo Carbó ha asumido que aunque el plan energético nacional dice que España apuesta por el cierre de las centrales, «todos los países del este están decididos» a cambiar su sistema energético para ser «pronucleares de forma decidida» y otros países, si quieren descarbonizar, «necesitan meter algunas centrales más en sus países», por lo que, a su juicio, en este momento España debería estar en todos los foros «que puedan suponer cosas positivas».
Al respecto, el director general de Iberdrola Generación Nuclear ha recordado que España «es, ha sido y debe seguir siendo» un referente para toda Europa «en muchísimos aspectos relacionados con la energía nuclear», como sus organismos reguladores o su industria nuclear. «Hemos demostrado iniciativa y capacidad enorme. Los operadores nucleares a nivel europeo españoles son absolutamente reconocidos y las centrales españolas están absolutamente en la primera línea», ha argumentado.
Para finalizar, y antes de la clausura de la 48 Reunión Anual de la SNE, su presidente ha abogado por no dar la batalla sino «argumentos científicos y tecnológicos para seguir pudiendo contar con todas las centrales en funcionamiento y pensar, como ocurre en otros países, en poder tener la posibilidad de alguna central más» y mantener las actuales ante problemas de «abastecimientos, inestabilidades y de dependencia de combustibles».