Asaja Castilla-La Mancha ha planteado «la poca rentabilidad» de los viticultores como el problema principal del sector productor y se ha referido al cumplimiento de la ley y a la trazabilidad como la solución a una situación que arrastra desde hace muchos años.
La sectorial vitivinícola de Asaja CLM, que se ha reunido este viernes en Socuéllamos para analizar la situación del sector productor y plantear medidas de cara a la próxima campaña, ha señalado que la formación de los precios no responde a la oferta y la demanda del mercado ni, mucho menos, a los costes de producción, sino a otro tipo de intereses que poco tienen que ver con el sector.
En este sentido, la organización agraria ha explicado que, a pesar de los mensajes optimistas que valoran las cantidades récord de exportaciones de vino y mosto en la región, la realidad es que se han vendido a un precio ínfimo, «muy por debajo de los que manejan nuestros competidores más directos como Francia o Italia». Por eso, la sectorial ha incidido en apostar por mantener el ritmo de las exportaciones, pero a un mayor precio.
Además de que en estos momentos se detecta «un lento mercado», se ha constatado que hay un cambio de tendencia en el último año y medio, ya que los precios de los vinos blancos se han ido recuperando en detrimento del precio de los tintos, lo que afectará a las liquidaciones de las cooperativas y, por tanto, al nivel de rentabilidad de los agricultores.
Según informa la organización agraria en nota de prensa, tampoco aportan tranquilidad las cifras de la oferta disponible de vino en la actual campaña 2022/2023, que estaría en torno a los 72,7 millones de hectolitros, según datos del Ministerio de Agricultura.
Para evitar que se desplomen los precios, ha explicado Asaja, solo hace falta que se vele por el cumplimiento de las normas vigentes, especialmente la recién estrenada Ley de la Viña y del Vino de Castilla-La Mancha. «Si se cumplieran en todos los términos las leyes, no sobraría ni una cepa de viña», ha asegurado el presidente en funciones, José María Fresneda.
En esta línea, la organización ha explicado que, aunque la Ley no recogió muchas de sus alegaciones, contempla medidas suficientes para controlar el fraude o las prácticas irregulares que provocan el desequilibrio de los precios pero que, para poder llevarse a cabo, la Administración regional necesita disponer de más recursos. «Hace falta un estricto control en todo el proceso, –ha especificado Fresneda–, desde la fase de la producción hasta la comercialización, pasando por la elaboración».
COMITÉ REGIONAL VITIVINÍCOLA
La organización agraria ha agradecido que la Consejería de Agricultura haya convocado ya al Comité Regional Vitivinícola que emana de dicha ley, una petición que Asaja CLM había realizado con el fin de consensuar medidas que equilibren el mercado de cara a las próximas campañas. El siguiente paso, ha afirmado, es la puesta en marcha de la ya anunciada interprofesional regional.
Además del cumplimiento de la normativa, Asaja CLM ha insistido en la necesidad de proporcionar otro tipo de herramientas a los viticultores para que, tal y como establece la Ley de la Cadena Alimentaria, los precios cubran, al menos, los costes de producción.
Por esto motivo, la sectorial vitivinícola ha planteado la creación de una mesa de precios de la uva en la región que, sumado a los estudios de estimación de costes realizados junto a la Universidad de Castilla-La Mancha, podrían dotar de una mayor capacidad de negociación a los productores a la hora de firmar sus contratos.