Tras las primeras visitas a la zona del colapso del terreno en el barrio La Esperanza por parte de los expertos y profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha, ya se han iniciado los primeros trabajos para conocer las características geofísicas del terreno. Para ello, se ha utilizado un instrumento de alta precisión como es un georadar con la idea de contar con un estudio riguroso de la zona que detecte nuevas galerías si las hubiese, evaluar su estabilidad y buscar alternativas de intervención para garantizar la seguridad de la zona. Un georadar emplea un método de prospección no invasiva y geofísico basado en la emisión de impulsos electromagnéticos.
El uso de este instrumento supone una primera radiografía para después entrar con trabajo de campo en detalle con la información obtenida tras el análisis de los resultados. Sobre este asunto, cabe señalar que también ha finalizado la primera etapa de análisis con la técnica de la interferometría radar en todo el casco urbano.
Este trabajo se enmarca dentro del convenio de colaboración suscrito entre el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Garde y la alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez con el objeto de conocer el porqué de los colapsos, así como las posibilidades de intervención en la zona para evitar nuevos sucesos. Además del uso del georadar, el acuerdo incluye otros trabajos por parte de un equipo multidisciplinar de investigadores de la UCLM, compuesto por profesores y personal técnico de la Escuela de Arquitectura del Campus de Toledo, y de la Escuela de Caminos y del departamento de Ingeniería Geológica de la Escuela de Minas de Almadén. En la supervisión, seguimiento y coordinación de todos estos trabajos están colaborando desde el inicio Hortensia Gómez y Samuel Boronat, técnicos del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Tomelloso.