Imaginen que el mundo estuviese, solo por un momento, dado la vuelta. No hablo de lo principal. Las (grandes) crisis seguirían existiendo y generarían ganadores y perdedores ¡Pero al revés!
Solo hay que cambiar algunos elementos de la ecuación. Acompáñenme en la siguiente historia (ficticia):
«Ante la brutal escalada de precios en los combustibles, el gobierno ha decidido rebajar 20 céntimos el precio del litro del carburante servido en gasolineras. La medida, absolutamente necesaria, será financiada con cargo a los sueldos públicos. De esta manera, los funcionarios verán reducida su nómina mensual, la cual será restituida a los 30 días siguientes, una vez concluya el proceso de comprobación de facturas expedidas en los establecimientos autorizados».
Como pueden comprobar, solo hemos trasladado la carga de sitio. El objetivo (proteger a los hogares y empresas del aumento de precios) sigue intacto.
Ejercicios como este nos ayudan a ponernos en el lugar de los demás, lo que nos permite comprender perfectamente otros puntos de vista. Aplíquese (recíprocamente) a todo en la vida.