Después de tanto hablar, escuchar, leer y discutir, tal vez esta sería la primera pregunta a formular. Porque sistemas de pensiones, hay muchos y a no todos nos gustan los mismos. Sucede con casi todo (qué país, qué energía, qué impuestos, qué estado, qué educación, qué sanidad, qué leyes, qué fiestas, qué narices… queremos).
Volviendo a las pensiones, lo primero es decidir si queremos que las pensiones estén ligadas a nuestro pasado laboral o no. Es decir, si son (o no) contributivas. Para que nos entendamos, una misma pensión para todo el mundo o pensiones diferentes en función del historial de cotización de cada uno. De esta forma, tendremos la primera división: sistemas universales o sistemas contributivos.
¿Se han decidido ya? Si optaron por el sistema universal, hemos llegado al final del camino. No hay más decisiones posteriores. Cada persona, una vez alcance una edad determinada, por ejemplo, los 65 años, deja de trabajar y comienza a cobrar una pensión que, en todos los casos, es la misma para cualquier ciudadano. Por el contrario, si elegimos el sistema contributivo, debemos seguir avanzando.
Seleccionado el sistema contributivo, cada ciudadano sacrifica una parte de su salario, destinándola a la pensión futura. En este nivel, hay dos formas de hacer lo anterior. Las cantidades que aporta cada ciudadano son invertidas a su nombre. Llegada la edad de jubilación, se retirará el montante total y se disfrutará del mismo. Esto es un sistema de capitalización y no es el que disfrutamos en nuestro país. Bajo la otra opción, las cantidades que aportamos cada uno de nosotros, son destinadas, inmediatamente, a pagar las pensiones de quienes ya están jubilados y nosotros acumulamos derechos para recibir, en un futuro, nuestra pensión. Este sistema, que es el que disfrutamos en este país, es denominado sistema de reparto. Miren cómo va el gráfico:
Los sistemas de capitalización tienen una pega. Si tiene usted la mala suerte de vivir en una época convulsa, puede que sus «contribuciones» no rindan lo esperado y que, finalmente, su pensión sea realmente insuficiente. Por el contrario, en un sistema de reparto, toda una generación es soportada por otras que trabajan en ese momento. Además de solidario, es un sistema que ofrece mayores garantías.
Si hemos elegido capitalización, hemos llegado a donde íbamos. Si optamos por reparto, aún nos queda alguna que otra elección y tiene que ver con algo muy básico y que se desconoce en gran medida: cómo se calcula su pensión. Veamos.
Imagine que su pensión se calcula en función de las cantidades que usted ha aportado realmente al sistema. En ese caso, estamos en un sistema de aportación definida. Cuando usted se jubile, se sumarán todas sus contribuciones (naturalmente, valoradas a esa fecha de jubilación) y el resultado se dividirá entre los años esperados de vida restantes. Este es el sistema de cuentas nocionales y garantiza el equilibrio financiero del sistema de pensiones. Además, la conexión entre lo que una persona aporta y, después, recibe es completa. Este no es el sistema de nuestro país.
En nuestro país, la pensión se calcula, no teniendo en cuenta lo aportado, sino en base a lo que ha sido nuestro salario en los últimos 25 años (debidamente actualizado) y sin tener en cuenta la esperanza de vida. Aquí, la conexión entre lo que uno aportó y lo que va a recibir no es tan completa. De hecho, no la hay, porque, para calcular la pensión se basa en lo que se cobraba y no en lo que se aportaba. Fíjense que bien se podría aportar el 30% del salario, el 10% del salario, el 50% o el 80% del salario (por poner algunos ejemplos) … ¡y la pensión seguiría siendo la misma! Este es nuestro sistema de pensiones, el de prestación definida.
Por esta razón, cuando alguien dice que lleva cotizados 35 años, lo único que sabemos es que, durante esos años, aportó cantidades de dinero al sistema. Pero esas cantidades no son las que determinarán su pensión. Porque esta será calculada en base al sueldo que ha disfrutado durante los últimos 25 años. Y claro, en algunos casos, será justo; en otros, injusto y en otros, terriblemente injusto.
Juzguen ustedes cuál es el sistema que hace justicia a toda una vida de trabajo, den gracias si salen beneficiados y sepan que sistemas hay muchos, incluso otros que no hemos relatado aquí y que nacen de mezclar los que sí hemos reseñado. Y ahora respondan ¿qué pensiones queremos?