“Paco Damas canta a las Sinsombrero”, y los materiales didácticos que se incluían en ese proyecto han cumplido ya más de 3 años de existencia. Se propusieron entonces, con la excusa de la literatura, del cuestionamiento de los cánones literarios y culturales del primer tercio del siglo XX, para poder trasladar a la conciencia de los posibles destinatarios conceptos como exclusión, discriminación, incluso violencia de género, referidos a las mujeres. Para lanzar sombreros al aire como metáfora de descubrimiento, visibilidad, igualdad de derechos de hombres y de mujeres.
A juzgar por el recorrido de aquel disco, muchos y muchas han sido los que se han visto sorprendidos por haber encontrado en la música de Paco el vehículo para cuestionar un constructo social tan arraigado como el androcentrismo, el arquetipo viril, como diría la profesora Moreno Sardá (2007)i. Personas adultas y jóvenes que han ido levantando el telón en cada uno de sus conciertos para visibilizar lo que ha permanecido oculto, opaco. Sn duda, con toda intención: que las mujeres no están presentes en el imaginario colectivo como artífices, protagonistas esenciales en el desarrollo de la humanidad y la construcción del conocimiento en ninguno de los ámbitos a los que podamos referirnos, ya sea la política, la cultura, la ciencia, etc.
La profesora López Navajasii, cuando revisa los libros de texto que se estudian en nuestras escuelas e institutos, confirma que en ellos apenas se menciona a las escritoras. En materias como la historia o las ciencias, las mujeres tienen una presencia del 5 % y en tecnología del 1 %. Ella se pregunta “¿dónde estaban ellas?” Y qué ha pasado para no haber sido conscientes de todo esto, que ni más ni menos falta la mitad de la población. Ella nos ilustra diciendo que “no percibimos su ausencia porque nos han educado en un canon cultural androcéntrico”, lo que considera como el gran fraude de la educación porque afecta a la visión del mundo que se transmite.
Del mismo modo, en el terreno académico apenas se discute que la historia que nos han venido relatando “dice muy poco de lo que realmente ocurrió [y] se reconoce y se entiende como parcialidad la construcción de un relato histórico que prescinda de ese cincuenta por ciento de la humanidad que son las mujeres” Flecha, C (2004, p 22)iii.
La agenda política también viene marcada por la misma inquietud. De hecho, en el documento “Una Unión de la Igualdad: Estrategia para la Igualdad de Género 2020-2025”iv, aunque se reconocen los avances que en esta materia se han producido en los últimos tiempos, especialmente en el espacio europeo, también se pone de manifiesto que dichos avances no son ni inevitables ni irreversibles, y que “sigue habiendo demasiadas personas que contravienen el principio de igualdad de género a través de la incitación al odio sexista y poniendo trabas a las medidas contra la violencia de género y los estereotipos de género”. Por ello, se propone seguir avanzando en esta tarea y dar un nuevo impulso como el que se promueve desde el Parlamento Europeo.
Por otra parte, en educación se está intentando definir qué es enseñar y aprender en este tiempo, en una sociedad tan global, tecnológica e hiperconectada. A la vez tan cambiante, y teniendo que afrontar retos como los que nos proponen los Objetivos de Desarrollo Sosteniblev; por lo que la tarea de enseñar va más allá de la mera transmisión de conocimiento y de los espacios de la educación formal. La tarea de aprender se prolonga a lo largo de toda la vida e incumbe al desarrollo de una ciudadanía activa y comprometida, con conciencia global e intercultural, y que es capaz de generar conocimiento a partir de su interacción con el entorno.
Es en este contexto, el educativo, en el que la propuesta didáctica que acompaña a este disco tiene vocación de incidir. Como siempre, sin tener intención de ser exhaustiva ni completa, sino meramente sugeridora, ejemplificadora de que las corrientes “bottom-up” también contribuyen, desde la cercanía, a crear mejores condiciones para superar los retos, para tomar conciencia y generar efectos multiplicadores.
Devolver a estas mujeres que aparecen en este disco lo que una sociedad injusta les privó, puede que ya resulte misión imposible. Tampoco desde aquí se pretende añadirlas, sin más, a un canon cultural y literario en el que nunca hubo intención de incluirlas, salvo como meras figuras anecdóticas. Pero sí se busca ayudarnos a reflexionar sobre las causas que motivaron esa ceguera, “para que la falta de visión no haya debilitado nuestra memoria.”vi
i Moreno Sardá, A. (2007). De qué hablamos cuando hablamos del hombre. Barcelona. Icaria editorial.
ii Ana López Navajas. Entrevista en El País. 27 de octubre, 2018.
iii Flecha García, C. (2004). Las mujeres en la historia de la educación. XXI Revista de Educación, 6, 21-34
iv Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones (2020)
v Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible. Asamblea General ONU
vi Saramago, J.(1995). Ensayo sobre la ceguera.