El presidente Francés, Emmanuel Macron ha nombrado a su primera ministra Elisabeth Borne, responsable directa de la transición ecológica del país. En vez de dividir las competencias entre varios ministerios, Macron las ha transferido directamente a la primera ministra que tendrá todo el poder de decisión sobre los ministerios. La primera ministra, ante la Asamblea Nacional francesa reivindica una «radicalidad ecológica» con 4 propuestas verdaderamente sustanciales. Recuérdese, es un gobierno de centro, hasta podría decirse de centro derecha:
1. Nacionalización de la gran empresa eléctrica EDF (electricidad de Francia) que gestiona el gran parque electronuclear francés. Su tamaño equivale al de las 3 energéticas privadas españolas juntas. Esta noticia hizo que la cotización de EDF subiera de 7,45 a 9 euros. En España hablar de renacionalización de Endesa o de creación de una Empresa Pública Energética pone los pelos de punta a PP y a más de un socialdemócrata gobernante.
2. Defendiendo una «ecología del progreso», Elisabeth Borne dijo que quería hacer del ferrocarril la «columna vertebral» de la movilidad sostenible en Francia. De acuerdo con las políticas de la Comisión Europea, el gobierno francés quiere trasvasar viajeros y mercancías de la carretera al tren. El tren eléctrico apenas emite CO2, apenas tiene accidentes y, aunque en Francia llega a muchas ciudades pequeñas y medias, los expertos proponen duplicar la red férrea francesa. En España la ministra de Fomento cierra la línea Cuenca-Valencia con la oposición ciudadana y el aplauso de algunos que esperan sacar tajada. Si nuestros gobiernos nacional y regional tuvieran formación y ambición sobre cambio climático, cosas ambas que les faltan a chorros, estarían proponiendo la llegada del ferrocarril a todas las localidades de 5.000 habitantes en adelante y propondrían medidas como el climatiket austríaco: por 1.000 euros al año se puede viajar de forma ilimitada en cualquier medio de transporte de Austria.
3. Los ministros y altos y medios funcionarios franceses van a recibir formación sobre la transición ecológica radical en la que se embarca el país, que persigue la neutralidad de emisiones de carbono en 2.030. Es lógico: cuando cualquier empresa presenta un proyecto a la autoridad, los funcionarios deben aprobarlo o rechazarlo según que el proyecto sea más o menos emisor de CO2. Y para eso deben tener una excelente formación sobre descarbonización. Diversas asociaciones científicas y ecologistas montaron carpas y ofrecieron formación a los recién elegidos diputados franceses el día que iban a tomar posesión de sus nombramientos. La formación era voluntaria y gratuita y duraba 3 días. Un tercio de los diputados franceses aceptaron y realizaron esa formación. Qué diferencia con nuestro país: los científicos de Extinción Rebelión que protestaron ante el Congreso exigiendo actuaciones concretas contra el cambio climático están siendo perseguidos en justicia, con el Congreso de los Diputados mirando hacia otro lado.
4. La primera ministra francesa, a instancias del presidente Macron, apeló a la necesidad de que los directivos de las empresas den ejemplo. Según el Gobierno, esto debería reflejarse en una ley que vincule «la remuneración de los directivos a la consecución de objetivos medioambientales por parte de las grandes empresas». Que mejor manera de convencer a los ejecutivos de Repsol, Naturgy, Endesa, Iberdrola, ACS Ferrovial, Acciona, etc. etc.: Tu empresa emite mucho CO2 y vosotros directivos no hacéis nada, bajada sustancial de vuestra remuneración. Esta empresa cumple, reduce sus emisiones de CO2: mejores salarios y mejor fiscalidad para sus directivos y sus trabajadores.
Además de estas 4 medidas “estrella” Elisabeth Borne anunció que quería poner en marcha talleres de consulta para aumentar el número de leyes de programación y orientación, que anunció que se negociarán paso a paso con la oposición. «A partir de septiembre, lanzaremos una amplia consulta con vistas a una ley de orientación energética-climática», dijo, y añadió que también habría otra sobre agricultura.
Francia está gobernada por un gobierno de centro –podría decirse incluso de centroderecha. ¿Cuándo van a tomar medidas PP y PSOE, (y los demás partidos con posibilidad de gobernar, sea en el ámbito central, autonómico o local) para mitigar el cambio climático y hacer una rápida transición ecológica en nuestro país? ¿O creen, ignorantes, que las olas de calor, los incendios que arrasan España y Portugal, la sequía que sufrimos en la península, no tienen nada que ver con el calentamiento global y son casualidades de la vida que nunca más se van a repetir?