Castilla-La Mancha es una región completa. Las Tablas de Daimiel, las cuevas y los bombos de Tomelloso, las Lagunas de Ruidera o las Casas Colgadas de Cuenca son algunos de los ejemplos que hacen que esta región siempre sorprenda. Pero también ofrece recuerdos más lejanos en el tiempo que tampoco puedes dejar de descubrir: los parques arqueológicos. Los parques arqueológicos de Castilla-La Mancha y sus yacimientos arqueológicos visitables ofrecen una oportunidad fabulosa para viajar al pasado en familia o con amigos. En ellos se pueden comprobar de primera mano las huellas materiales de todas la civilizaciones y pueblos que nos antecedieron en el devenir de los tiempos que todavía hoy perduran.
Los parques arqueológicos de Castilla-La Mancha son testigos mudos de los pueblos y civilizaciones que antaño habitaron estas tierras. En ellos puedes disfrutar de visitas guiadas, siempre pedagógicas, ilustrativas y con un marcado enfoque divulgativo, que hacen las delicias para todas las edades y para todos los públicos: tanto si eres experto conocedor de la Historia, como si tus conocimientos en este sentido no son tan amplios, el disfrute está asegurado. En total son siete los que hay repartidos por sus cinco provincias.
ALBACETE
El parque arqueológico de Libisosa, en Lezuza, es un impresionante yacimiento ibero-romano. Sorprende la robustez de los muros perimetrales encontrados en las excavaciones que, temporada tras temporada, van sacando a la luz interesantes descubrimientos. Un consejo: si vas, no dejes de preguntar sobre la niña oretana encontrada… una tierna historia está detrás. El centro de interpretación atesora piezas con muchísimas curiosidades. Además, Lezuza es buen punto de partida para continuar tu viaje al parque de las Lagunas de Ruidera o a la monumental localidad de Alcaraz.
El parque arqueológico de Tolmo de Minateda, en Hellín, fue asentamiento de diferentes pueblos a lo largo de los siglos. Hoy aglutina restos de todos ellos: pueblos prehistóricos, romanos, visigodos… que van aflorando cada campaña de excavaciones. Complementado la visita al Tolmo, también merece la pena descubrir también las pinturas rupestres del Abrigo Grande, que se extienden a lo largo de 16 metros y que están declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco junto a todas las del Arco Mediterráneo. Hellín es, por ello, y junto a su Tamborrada de Semana Santa declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco -en su categoría de inmaterial-, un destino de lo más interesante para visitar y descubrir.
CIUDAD REAL
La provincia de Ciudad Real te ofrece la posibilidad de visitar el parque arqueológico de Alarcos, entre Poblete y Ciudad Real, una imponente fortaleza medieval y lugar de la última gran batalla con derrota cristiana de la Edad Media. El ajuar funerario encontrado aquí es excepcional, como para no perdérselo.
Ya en la localidad de Valdepeñas, destino enoturístico por excelencia, puedes adentrarte en el pasado, esta vez a los momentos previos a la Romanización, en el parque arqueológico del Cerro de las Cabezas, localizado justo en paralelo y al lado de la autovía A4. Se trata de un singular yacimiento intacto de población ibera, toda una rareza, pues es una de las pocas ciudades iberas que no han tenido ocupación posterior al siglo II a.C.
TOLEDO
En la provincia de Toledo, y en la localidad de Carranque, el parque arqueológico del mismo nombre alberga una impresionante villa romana de finales del Imperio Romano. Los ricos mosaicos, tanto geométricos como figurativos, denotan el alto nivel social y económico de los que fueran romanos propietarios de esta explotación agrícola, ubicada en la fértil ribera del río Guadarrama. La visita es obligada también a la Casa Museo de Cervantes, en la cercana localidad de Esquivias, y a los cinco lienzos del Greco que atesora la iglesia de la Caridad en la cercana Illescas. Un triángulo perfecto de arqueología, arte y literatura.
CUENCA
También de época romana, pero en la provincia de Cuenca, es el legado encontrado en el parque arqueológico de Segóbriga, en Saelices. Pero ya no se trata de una villa o “villae”, sino de toda una auténtica ciudad romana con teatro, anfiteatro e infraestructuras de carácter urbano. El circo aún se vislumbra en tierras de barbecho, que no pueden ocultar la huella hendida en la tierra que forman los cimientos de lo que fuera aquello hace dos mil años. Una ciudad que tuvo su razón de ser gracias a la minería del lapis specularis y que desde aquí se suministraba a todo el Imperio para cubrir las ventanas de los edificios. Hoy en día, algunas de esas minas, como la de La Condenada, Osa de la Vega, son visitables.
GUADALAJARA
El último en mencionar, pero no por ello menos importante, es el parque arqueológico de Recópolis, en Zorita de los Canes, Guadalajara: única ciudad de fundación visigoda, erigida por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo. También existen restos arqueológicos muy interesantes de una ciudad andalusí. Los historiadores la consideran la única ciudad medieval construida de nueva planta por iniciativa estatal en Europa, así que ya solo por eso merece una visita. Por eso y porque, además, desde aquí, puedes visitar algunos de los pueblos de la comarca natural de La Alcarria, que se extiende tanto por el sur de la provincia de Guadalajara como por el noroeste de la de Cuenca. Seguir el libro de Cela, “Viaje a la Alcarria”, puede ser una opción.
Otros yacimientos arqueológicos visitables:
– Noheda, en Villar de Domingo García (Cuenca), una villa romana que aloja espectaculares y únicos mosaicos figurados, de los más bellos y ricos de todo el Imperio.
– La Motilla del Azuer, en Daimiel (Ciudad Real), el pozo prehistórico fortificado más antiguo de España (Edad del Bronce).
– Guarrazar, en Guadamur (Toledo) sí, donde se encontró el famoso tesoro visigodo con las coronas votivas de Recaredo, Suintila… y que tras una azarosa vida hoy se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El yacimiento en cada campaña desvela sus secretos… las últimas excavaciones han puesto sobre la mesa la existencia aquí de un centro monástico y de peregrinación, seguramente en torno a un manantial de aguas con propiedades curativas…
Y es que así es Castilla-La Mancha, una tierra que va desvelando, poco a poco, su pasado más interesante para hacernos conocedores de lo que somos hoy gracias a lo que fuimos alguna vez… Te recomendamos que previamente a tu visita consultes horarios, reserves tus entradas y tu visita guiada, y que disfrutes…
Dejarte guiar por los arqueólogos, intérpretes del patrimonio, que “traducen” las piedras y las evidencias arqueológicas como quien abre con una llave maestra una puerta al pasado, será toda una experiencia para vivir tu mundo interior.
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