El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) del sector agroalimentario, que contará con una inversión pública de unos 1.000 millones de euros hasta 2023 y con el que se prevé generar un impacto de partida en la economía de unos 3.000 millones de euros, estimándose además una creación neta de hasta 16.000 empleos.
A esta cantidad será necesario añadir los efectos positivos sobre el conjunto de la economía derivados de la creación de nuevos modelos y oportunidades de negocio, las nuevas oportunidades laborales generadas por las actuaciones ligadas al Perte, así como los ahorros generados en el tejido productivo, las economías domésticas y los presupuestos públicos.
De esta forma, el Ejecutivo da ‘luz verde’ al Perte agroalimentario para dotar de la financiación y de las líneas de actuación necesarias para emprender los cambios medioambientales, digitales, sociales y económicos a los que tendrá que hacer frente en la próxima década.
El Perte, que cuenta con medidas gestionadas por los ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación; de Industria, Comercio y Turismo; de Asuntos Económicos y Transformación Digital; así como del de Ciencia e Innovación, va dirigido a propiciar la transformación de la cadena agroalimentaria e impulsar la modernización y digitalización del sector, su crecimiento económico y la cohesión territorial.
El sector agroalimentario contribuye con casi un 10% al PIB y está conformado, en su mayor parte, por pequeñas y medianas empresas. Un 96% de las más de 30.500 empresas son pymes.
Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha resaltado que se trata de un Perte dirigido a un sector «estratégico» para España desde el punto de vista económico y social y ha destacado que hoy es «un gran día» porque es «uno de los grandes pilares» junto a la Política Agraria Común (PAC), la ley de la cadena alimentaria, el regadio sostenible y los seguros agrarios.
«Es un elemento muy importante de impulso», ha afirmado Planas, quien ha resaltado además que la dotación pública que recibirá el sector entre 2022 y 2026, incluyendo los más de 47.000 millones de euros procedentes de la PAC, supone la cifra más alta de inversión de la historia en el sector agroalimentario.
El ministro de Agricultura ha añadido que el Perte se concibe como un conjunto de medidas que benefician a empresas y autónomos del sector agroalimentario y que generan sinergias con los objetivos de mejorar la competitividad, la sostenibilidad y la trazabilidad y seguridad del sector agroalimentario.
Además, dada la importancia del sector agroalimentario en el medio rural, se incorpora la contribución al reto demográfico como objetivo transversal.
Para hacer frente a la lucha contra el cambio climático y adaptarse a los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 se hace necesario, según el Gobierno, promover un uso eficiente de los recursos naturales y de la energía en la producción agroalimentaria, a través de la digitalización de todos los procesos productivos de la cadena alimentaria.
Con este Perte, el Ejecutivo pretende fomentar el empleo de calidad del sector agroalimentario -sobre todo en el medio rural, donde el tejido empresarial agroalimentario tiene mayor presencia-, fortalecer su competitividad y rentabilidad -con medidas enfocadas a la automatización de procesos, sensorización de procesos o sistemas de aprovisionamiento sostenibles-, así como la vertebración del medio rural.
400 MILLONES PARA LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA
Dentro del Perte agroalimentario hay un paquete de apoyo específico para la industria agroalimentaria, con el objetivo de mejorar sus procesos de producción, vinculados con su competitividad, sostenibilidad y trazabilidad de la producción de alimentos, con una dotación de 400 millones de euros.
La principal medida, gestionada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, impulsará proyectos tractores que mejoren la competitividad, la sostenibilidad y la trazabilidad de la industria alimentaria
Asimismo, contempla medidas concretas para apoyar el proceso de adaptación digital y que se extienda a todos los agentes que forman parte de su cadena de valor, con una dotación de 454,35 millones de euros.
Destaca, para las pequeñas empresas y microempresas agroalimentarias, así como para autónomos, el Programa Kit Digital, del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, del que se podrían beneficiar con unos 275 millones de euros con el objetivo de que digitalicen sus procesos o pongan en marcha una tienda en línea.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con las miras puestas en agricultores y ganaderos, el desarrollo del Sistema de Información de Explotaciones Agrarias (SIEX) pretende avanzar en la digitalización del cuaderno de campo para simplificar su relación con la administración, datos que podrán utilizar para mejorar su gestión empresarial.
Un tercer eje del Perte se centra en medidas específicas de apoyo a la innovación y la investigación para lograr un sector agroalimentario competitivo en todos los eslabones, con una dotación de 148,56 millones de euros.
Una de las líneas de I+D+i que se realizará de la mano de las comunidades autónomas, permitirá avanzar, a través de varios proyectos prioritarios de agroalimentación y de las ciencias del mar, en productividad, competitividad, sostenibilidad y calidad.
De esta manera, el impacto del Perte agroalimentario asegura una serie de medidas y actuaciones basadas en líneas estratégicas: impulsar la transformación tecnológica de todo el sector, profundizar en el suministro de alimentos sanos, seguros y saludables, mejora de la dimensión y de la cohesión social del sector agroalimentario e impulsar el desarrollo de una economía circular y a reducir el impacto ambiental del sistema agroalimentario.