Si algo constatan la mayor parte de las encuestas de opinión que se han publicado en las últimas semanas, es que los españoles han empezado a hastiarse de la gestión del PSOE tanto a nivel nacional como autonómico, acaso por tener la sensación de que la mayor parte de las secuelas de la crisis sanitaria y económica va a recaer, de nuevo, sobre sus propios costados, como si los dirigentes del Partido Socialista no supieran salir del bucle de la subida de impuestos, y el goteo constante de cesiones y privilegios a los partidos más insolidarios con el conjunto de la sociedad española, es decir, los separatistas, a los que Sánchez debe su propia supervivencia política.
En esta tesitura, ahormada por una gestión sanitaria plena de bandazos en los que las bombas víricas venían de Madrid, en la que no han faltado los menosprecios y el desdén a las personas mayores, a los sanitarios o a los profesores, no sabemos quién arrastra más a quien. Si Emiliano García-Page a Pedro Sánchez, o viceversa. Acaso, ambos sean las dos caras de una misma moneda, y esto es algo que los vecinos de Castilla-La Mancha han percibido perfectamente, pese a los equilibrios y aspavientos del presidente de Castilla-La Mancha por aparentar lo que no es.
La victoria incontestable de Díaz Ayuso en Madrid ha sido un punto de inflexión, con el que los madrileños han querido confiar la recuperación económica y el empleo a la ya acreditada solvencia del Partido Popular. Una menor presión fiscal y una menor asfixia al ciudadano que emprende es la petición abrumadora de la Comunidad vecina, que ha rechazado los estragos de un escudo social que el Gobierno socialista y sus socios de Podemos, junto a los independentistas, se han procurado para sí mismos, pero no para el conjunto de la sociedad española, de los profesionales autónomos de Castilla-La Mancha, de las familias, de las empresas y de trabajadores que no se resignan a una crisis permanente.
En el ecuador de la legislatura autonómica, todo apunta a que Paco Núñez será el próximo presidente de Castilla-La Mancha, y no sólo por lo que pinta en las encuestas, sino por la sensación cada vez más generalizada de que ha habido alguien al otro lado de la crisis sanitaria y económica, alguien que ha sabido escuchar y proponer.
Han sido infinidad de reuniones las que ha mantenido el presidente del PP-CLM con los sectores que más han sufrido las restricciones, el cierre obligado de persianas, las limitaciones de movilidad. Cientos de encuentros que le han permitido conocer de primera mano las reivindicaciones y demandas del tejido productivo de Castilla-La Mancha, desde los agricultores y ganaderos o de la hostelería, hasta el ramo de las peluquerías y estética, la cultura y el deporte, pasando por los profesionales sanitarios y colegios profesionales que se han dejado la piel por la salud de nuestros vecinos.
Ha llegado el momento de devolver a la sociedad civil todo el caudal de generosidad y esfuerzo que nos ha brindado para sostener a todos y no dejar a las familias más vulnerables en el camino. Y en la senda del empleo y la rebaja de la presión fiscal, de la sostenibilidad del Medio Rural y el sector primario, pero también en la potenciación de la industria y los servicios, llegará una nueva esperanza que parece ya inevitable, como auguran las encuestas y presienten los vecinos de Castilla-La Mancha: Paco Núñez será el próximo presidente de nuestra región.