A los pocos días de la reapertura del parque – después de más de un año cerrado – eran tapiados todos los accesos a la plaza. Lo que parecía que iba a tener duración limitada, por la celebración de un concierto el Día de Castilla-La Mancha, se ha convertido en cierre permanente. Justo cuando la ciudadanía había recuperado uno de los espacios más populares y representativos del municipio.
La plaza se encuentra en el centro del parque. Los senderos que los recorren desembocan en ella. Es un lugar de encuentro, con una bonita fuente de agua ornamental. Todo el perímetro alberga parterres con rosales, que ponen un punto cromático delicado y una fragancia que en la época en la que estamos se hace notar. Setos de aligustre y árboles prominentes, como magnolios, sóforas o castaños de indias, acompañan al visitante. Seguramente, uno de los rincones más valorados, preferidos, e inevitables para cualquier paseante que se adentre en el parque.
Los parques y jardines, con el resto de zonas verdes de titularidad municipal, son bienes de dominio y uso público. La población tiene derecho a disfrutar y hacer un uso responsable de los mismos. Es lo que dice la propia Ordenanza General de Protección del Medio Ambiente en los artículos 250 y 260. No se entiende por tanto la prohibición del paso a la plaza, actuación que raya el caciquismo. Ni agenda cultural que valga, como creemos que es el caso (con la organización de eventos los fines de semana en el escenario de la plaza). El Ayuntamiento de Tomelloso debería dar una explicación clara e inmediata, cosa que no ha hecho hasta la fecha.
No debería haber, al menos, la menor duda del recorrido legal de una actuación tan controvertida, ya sea recogida en Acta de un Pleno o en acuerdo de la Junta de Gobierno Local. De lo contrario, daría para hablar de un posible caso de abuso de poder.
Desafortunadamente, la plaza del Parque de la Constitución ha sido objeto de uso privativo desde siempre en fechas señaladas, comúnmente en verano, por la celebración de conciertos y actos de diversa índole. De hecho, en Feria, en agosto, se cierra como mínimo quince días. La Ordenanza de Medio Ambiente observa que los parques y jardines públicos “no podrán ser objeto de privatización de uso en actos organizados que por su finalidad, contenido, características, o fundamento presupongan su utilización con fines particulares, en detrimento de su propia naturaleza y destino”, aunque no sin cierta ambigüedad deja la puerta abierta a su explotación por “interés general”.
Aquí, lo novedoso es el cierre, con carácter permanente, del recinto los siete días de la semana, y a tres meses de la Feria. Lo que debería ser un hecho excepcional (y autorizado, siguiendo los procedimientos administrativos habilitados), se ha normalizado, dándose la paradoja de coincidir con un alza en la demanda de la población de zonas verdes, tras el duro confinamiento y el cierre, por la pandemia, de los parques públicos
Existe una tendencia, que no es nueva, de acaparamiento y apropiación de recintos y bienes municipales por algunos responsables locales que, con las excusas más variopintas (si las tienen), pasan por encima del interés público, cercenando las ordenanzas municipales y, quien sabe, si derechos constitucionales. No sólo se coarta el uso y disfrute de las zonas verdes, sino que el Gobierno local limita o restringe arbitrariamente la libre movilidad de las personas en espacios públicos.
Resulta preocupante la falta de coherencia y transparencia del Ayuntamiento de Tomelloso en la gestión de las zonas verdes. Las decisiones que se vienen tomando en el Parque de la Constitución refuerzan nuestra crítica. Mientras se reabren los Pinos y el recinto ferial para el botellón (justo al lado del parque), se veta el acceso a la plaza. Un poderoso mensaje de incompetencia.
En un escrito pasado por el registro municipal, Ecologistas en Acción-Ciudad Real ha mostrado su desacuerdo con el cierre de la plaza del Parque de la Constitución, exhortando a su reapertura, sin dilaciones ni condiciones.