Desde hace un par de semanas, comenzaba el curso escolar entre los más pequeños y, con él, el miedo del contagio de piojos. Por ello, desde enTomelloso.com hemos hablado con Laura Mateos, farmacéutica en Tomelloso, para que nos cuente la mejor manera de prevenirlos y qué tratamientos podemos seguir.
EnTomelloso: ¿Cómo podemos saber si una persona tiene piojos? ¿Cuáles son los síntomas?
Laura Mateos: La pediculosis (la infestación con huevos, larvas o piojos) produce una sensación de cosquilleo por algo que se mueve en el cabello. El prurito intenso en el cuero cabelludo es el síntoma dominante, y por lo general está causado por una reacción alérgica a las picaduras de los piojos.
Otro de los síntomas es la irritabilidad y la dificultad para dormir, ya que los piojos son más activos en la oscuridad, o las lesiones en la cabeza causada por el rascado (irritación, eritema y, ocasionalmente, heridas que pueden llegar a infectarse).
ET: ¿A quiénes suele afectar este fenómeno?
LM: Según los resultados de una encuesta sobre pediculosis, llevada a cabo por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y el Centro de Información de la Pediculosis (CIP) en 2011, en 4 de cada 10 hogares con niños en edad escolar ha habido piojos alguna vez.
Los expertos estiman que cada año se infesta alrededor de un 15% de la población escolar, sobre todo en edades comprendidas entre los 3 y los 12 años. Suelen ser más frecuentes entre las niñas porque los piojos suelen preferir el pelo largo, aunque estos parásitos de 2 a 3 milímetros de longitud no conocen barreras geográficas, socioeconómicas ni culturales. Los adultos también se infestan, aunque la frecuencia es bastante menor.
ET: ¿Cómo se contagian los piojos?
LM: El piojo de la cabeza vive únicamente en los cabellos de las personas, preferentemente detrás de las orejas y la nuca. El contagio se produce principalmente por contacto directo de cabeza con cabeza de una persona infestada con otra.
También es posible el contagio a través del intercambio de objetos de uso para la cabeza, como cepillos, gorros, diademas, toallas… Siempre que este intercambio se haga de forma inmediata, ya que sobreviven poco tiempo fuera de la cabeza (unas 24-48 horas).
ET: ¿Entonces las niñas y los niños se infectan por igual?
LM: Suelen estar sobre todo en el pelo largo: se cree que es la principal causa que explica la mayor incidencia en las niñas. La melena larga facilita el contacto con pelo de otras cabezas, por lo que se recomienda llevarlo recogido. Además, en los cabellos largos los tratamientos son más difíciles de realizar y pueden resultar menos eficaces.
ET: ¿Es cierto el mito de que los piojos pueden saltar?
LM: Ni saltan ni los expandimos los farmacéuticos a la salida de los colegios.
Los piojos son insectos sin alas incapaces de volar o saltar, pero sus patas les permiten adherirse firmemente al pelo y desplazarse con rapidez. El contagio se produce por contacto directo cabeza–cabeza y excepcionalmente por transporte pasivo a través de objetos infectados. Se adhieren al pelo del nuevo huésped y comienzan a depositar liendres (huevos) e inician una nueva generación de piojos.
Además el primer síntoma de la infestación, que es el picor, puede tardar un tiempo en aparecer, lo que retrasa el diagnóstico y facilita la propagación. Mientras tanto, se alimentan de nuestra sangre, y por ese motivo están cerca del cuero cabelludo.
ET: ¿Cuándo es época de piojos?
LM: Según estudios realizados, los piojos buscan y precisan el calor para reproducirse y, por tanto, se acelera entonces su proceso de reproducción. Por tanto, la infestación por piojos se ve muy favorecida en verano, cuando el contagio aumenta de forma importante a causa del calor.
Aunque los niños ya suelen estar fuera del ámbito escolar, la realización de determinadas actividades colectivas (como los campamentos de verano) favorece la aparición de los piojos. Los meses que cumplen ambos criterios (calor y focos de contagio en colegios y similares), son los meses de primavera y otoño.
De hecho, es en esta época cuando los colegios suelen avisar a los padres sobre nuevos casos de contagio. Los niños siguen acudiendo al colegio, por lo que están en contacto físico constante con sus compañeros, y las temperaturas son lo suficientemente amigables como para que se produzca la expansión.
Eso sí, los meses de invierno tampoco están a salvo, puesto que cuentan con un aliciente para su aparición, que no es otro que los juegos en la escuela, los trabajos en grupo entre los más pequeños y, por supuesto, intercambios de prendas de vestir entre ellos.
ET: ¿Cómo se pueden prevenir los piojos?
LM: La principal y prácticamente única medida es revisar regularmente la cabeza de niños y niñas. El peine de púas para piojos (lendrera) resulta fundamental para esta revisión y para retirar los piojos, si los hay. La presencia de liendres no es evidencia de infestación activa por piojos; esta debe ser confirmada con el aislamiento de, al menos, un parásito vivo.
El uso de pediculicidas como profilaxis, hecho muy frecuente en la práctica, contribuye al aumento de resistencias. Solo deben usarse cuando se haya confirmado la presencia de infestación activa. En el caso de los repelentes (champús, lociones y aguas de colonia generalmente a base de extractos de plantas aromáticas), estos pueden ser un buen recurso preventivo, pero no deben aplicarse con excesiva frecuencia.
ET: ¿Es verdad que hay que dejarse el pelo sucio para prevenirlos?
LM: Aunque es verdad que los piojos se adhieren mejor al pelo limpio, la falta de higiene favorece infestaciones más graves e infecciones añadidas. Al lavar y peinar el cabello asiduamente, un buen número de los parásitos son desprendidos o dañados, lo que contribuye a disminuir la infestación. Por tanto, mejor tener el pelo limpio.
ET: Una vez confirmado que se tienen, ¿cómo se eliminan los piojos?
LM: El tratamiento contra los piojos comprende dos partes: tratamiento farmacológico tópico con pediculicidas, y eliminación mecánica de piojos y liendres (huevos de los piojos). Existen diferentes formas galénicas de los tratamientos tópicos pediculicidas:
• Lociones: diversos expertos señalan que las lociones son la forma galénica más eficaz al facilitar la penetración y permitir una mayor actividad residual. Se aplican en cabello seco y se pueden mantener el tiempo que indica el prospecto.
• Champús: al diluirse en agua y estar poco tiempo en contacto con el cuero cabelludo son poco eficaces. No son recomendables como tratamiento aislado.
• Cremas y espumas son menos irritantes y se consideran especialmente útiles en pieles fácilmente irritables, al no contener alcohol. Son de fácil aplicación. No escuecen y no gotean. Las espumas no son aconsejables en asmáticos.
• Geles: estudios recientes demuestran su efectividad por su mayor adherencia a la cutícula del piojo. Tienen una densidad intermedia entre la loción y la crema: no gotean y se distribuyen por el cabello mejor que las cremas.
No hay un consenso general sobre el mejor tratamiento a utilizar, ya que este debería estar basado en datos de resistencias locales, y en nuestro país no existe información al respecto. En cualquier caso, para que los pediculicidas sean efectivos es esencial que se apliquen de la forma correcta.
La mayoría de ellos requieren repetir su aplicación al cabo de 7-10 días, puesto que muchas veces no acaban con todas las liendres y se puede producir una nueva infestación, que se evita repitiendo el tratamiento tras ese plazo.
Los principios activos más usados son:
-Dimeticona: Es una silicona natural que se utiliza habitualmente en loción al 4%. Crea una película que cubre e inmoviliza por completo al piojo, provocándole asfixia, deshidratación y un colapso intestinal que le causa la muerte. Como consecuencia de este mecanismo de acción no insecticida es poco probable que se desarrollen resistencias. Es un producto transparente e inodoro que puede ser bien tolerado por niños pequeños y que además puede aplicarse sin problemas durante largos períodos.
Es menos irritante que otros pediculicidas. La dimeticona no se absorbe a través de la piel y, por tanto, es una buena elección para los que no toleran los insecticidas. El tiempo de aplicación recomendado es de 8 horas. Suele aplicarse para que actúe durante la noche.
-Piretrinas: Bajo el término “piretrinas” se engloba a un conjunto de sustancias insecticidas naturales obtenidas de las flores de Chrysanthemun cinerariefolium. Dado que las piretrinas naturales se oxidan e inactivan por la luz y el aire, se buscaron alternativas más estables y surgieron los derivados sintéticos como permetrina, fenotrina, aletrina y tetrametrina.
La permetrina es la piretrina más estudiada y su eficacia está bien demostrada. Está recomendada oficialmente por la OMS como pediculicida de elección. Se utiliza habitualmente al 1% o al 1,5% y se aplica durante 10 minutos sobre el cabello seco. El problema de la permetrina es que su uso indiscriminado como profiláctico, sin haber confirmado la existencia de piojos, ha generado la aparición de resistencias.
Por esta razón, muchos preparados con permetrina están reforzados con butóxido de piperonilo (sinérgico de los insecticidas, pero sin actividad insecticida por sí mismo), que ayuda a evitar las resistencias que los piojos puedan haber desarrollado. Tanto las piretrinas como el butóxido de piperonilo presentan escasa absorción sistémica y no se han descrito manifestaciones de toxicidad grave.
– Alcohol bencílico: Tratamiento relativamente nuevo aprobado por la FDA en 2009 como pediculicida para niños mayores de 6 meses. No es insecticida y su efecto se produce por acción mecánica, como la dimeticona, y no genera resistencias: el alcohol impide a los animales cerrar sus espiráculos respiratorios, de forma que el aceite mineral de la loción penetra en su interior, impidiéndoles respirar y matándolos. Se utiliza en loción al 5%. Se aplica durante 10 minutos y luego se aclara con agua.
– Malation: El malatión suele utilizarse en preparaciones al 0,5% como tratamiento contra los piojos de la cabeza. La mayoría de los autores recomiendan una única aplicación del producto y no debe utilizarse en menores de 2 años, al no existir estudios al respecto. Se trata de un insecticida que requiere un tiempo de aplicación de 8 a 12 horas para que sea efectivo. Este factor, junto a sus características inflamables y mal olor, ha llevado a que actualmente solo se utilice en contadas ocasiones como tratamiento alternativo.
ET: ¿Funcionan los tratamientos naturales para prevenirlos?
LM: Hay algunos ejemplos, como los aceites esenciales como el del árbol del té, aceite de coco, la vaselina o la mayonesa. Todos actúan asfixiando al piojo, pero parecen tener menor eficacia que los pediculicidas químicos clásicos. Algunos aceites esenciales pueden ser irritantes si se usan a altas concentraciones, y además estas sustancias requieren aplicaciones frecuentes (cada tres días) y resultan difíciles de retirar.
Actuando por este mismo mecanismo de asfixia existen preparados de Dimeticona al 4% que tienen mejores resultados, son bien tolerados y de más fácil aplicación. Este tipo de tratamiento se recomienda en pieles muy sensibles que no toleran los pediculicidas químicos.
En cuanto al vinagre, su acción directa contra el piojo requiere altas concentraciones con una eficacia limitada y posibilidad de irritación. Sin embargo, diluciones de dos partes de agua y una de vinagre sí colaboran a facilitar el desprendimiento de las liendres y pueden ser útiles a tal efecto.
ET: ¿Los productos pediculicidas estropean el pelo?
LM: Aunque se trata de sustancias químicas potencialmente irritantes, los tiempos de exposición al tratamiento son cortos y no son de uso habitual, sino puntual. En caso de irritación del cuero cabelludo, podemos utilizar un champú dermatológico suave o algún aceite de caléndula o de albaricoque. De todas formas, tras los tratamientos, pueden usarse acondicionadores de pelo que ayudarán a reestructurar el cabello, o bien el que venga en el kit o el que utilicemos habitualmente
ET: ¿Es aconsejable utilizar un producto preventivo?
LM: Se suele recomendar utilizar repelentes naturales como la esencia del árbol del té, el aceite de citronella y otros de origen sintético, aunque no existen suficientes estudios que avalen su eficacia. Sin embargo, la forma más eficaz de prevención es la revisión periódica con una lendrera, lo que permitirá un diagnóstico precoz. Debería instaurarse como método habitual en estas edades en entornos de riesgo.
Se recomiendan revisiones cada 7-10 días, siendo aconsejable realizarla los viernes para que, en caso de ver parasitación, poder tratarlos durante el fin de semana y volver al colegio sin infección. Hay que reconocer las dificultades que conlleva, al ser una técnica larga y minuciosa, pero se debería integrar como parte de la rutina del aseo personal.
ET: ¿Qué hago si me llega la temida nota del colegio informando que se han detectado piojos en algún niño en clase?
LM: Seguiría los siguientes pasos:
1º No perder la calma. Los piojos no vuelan, no saltan y, muy importante, no muerden.
2º Escudriñar la cabeza de nuestros hijos. Examinar con detenimiento y paciencia. Dividir la cabeza en secciones para asegurarnos de que revisamos toda la cabeza e invertir en una buena liendrera.
3º Si tiene liendres o piojos, iniciar el tratamiento. La farmacéutica te informará de cuál es el más adecuado.
4º Aplicar el producto haciendo leído sus instrucciones.
5º Retirar el producto según las instrucciones.
6º Pasar la liendrera tantas veces como sea necesario.
7º No se recomienda usar secador, ya que podría limitar el efecto residual de algunos productos.
8º Repetir el proceso a los 7-10 días.
9º Lavar toda la ropa que haya estado en contacto con la cabeza del niño a 40ºC. Lo que no, como peluches, por ejemplo, se meten en una bolsa durante 15 días, y si hay algún piojo morirá en 24-48 horas.
10º Podemos llevar al niño al colegio una vez hayamos aplicado el tratamiento.