El presidente de Castilla-La Mancha se ha mostrado este lunes partidario de modificar el estado de alarma que, decretado por el Gobierno central, permite un abanico desde las 22.00 a las 7.00 horas para fijar el toque de queda. No en vano, el titular del Ejecutivo castellanomanchego ha avanzado la posibilidad de adelantar a las 22.00 horas dicho toque de queda en la región como medida para controlar contagios por COVID-19.
Así lo ha avanzado en una entrevista en Cope, en la que García-Page, que este lunes reúne a su Consejo de Gobierno para adoptar medidas más restrictivas ante el incremento de contagios en la región.
En la conversación con Carlos Herrara, el presidente de Castilla-La Mancha ha avanzado que su Ejecutivo estudia, tras hablar con varios interlocutores y técnicos, anticipar el toque de queda a las 22.00 horas. «Está comprobado en las últimas semanas que ésta es una de las medidas más eficaces contra la pandemia, pues regula los hábitos a lo largo el día, hace que se recomponga la movilidad y pone además una pauta de posible seguimiento fácil para las policías locales y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad».
En todo caso, ha avanzado, Castilla-La Mancha no rebasaría ese límite de las 22.00 horas establecido por el Ejecutivo central para limitar la movilidad, aunque se ha mostrado partidario de modificar el decreto del estado de alarma que lo regula a efectos de trabajar con otros horarios.
«Me gustaría que fuera un acuerdo de carácter general para toda España», ha defendido el titular del Ejecutivo castellanomanchego, que discrepa de la medida adoptada por el Gobierno de Castilla y León que ha adelantado dicho toque de queda a las 20.00 horas.