El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mostrado su deseo de que la Conferencia de Presidentes programada para este viernes en Salamanca se aleje de la habitual «jauría política», no se convierta en un debate parlamentario y sirva no solo para que los líderes autonómicos tengan su particular «minuto de gloria».
Durante su intervención en el acto inaugural del nuevo centro de especialidades de Albacete, García-Page ha confiado en que de la cita salgan «proyectos de interés nacional en común» a cargo de la gestión autonómica pero con la tutela del Estado.
«Espero que no sirva para suplantar liderazgos de partidos políticos y que no se convierta en minutos de gloria para cada presidente, sino que sirva para sacar provecho lo más que se pueda», ha apuntado.
DOS PETICIONES EXPRESAS
Como propuestas desde Castilla-La Mancha, García-Page ha avanzado que pedirá la intervención del Estado para que la fiscalidad diferenciada para luchar contra la despoblación de la que ya se benefician Soria, Teruel y Cuenca pueda ampliarse a zonas limítrofes de estas provincias, algo que ya se consensuó en la cumbre de Albarracín con los presidentes de Aragón y Castilla y León y que podría beneficiar a gran parte de Guadalajara.
«Voy a plantear que se desarrolle con urgencia y que se amplíe a zonas colindantes que reúnan las mismas condiciones», ha aclarado el presidente autonómico.
Además, según ha dicho, quiere que de la reunión salga una posición común para plantear «un escenario post vacunación», en el que se tenga en cuenta la potenciación de la investigación para conseguir un tratamiento eficaz contra el coronavirus para depender menos de las vacunas.