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domingo, 22 diciembre
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Las Cortes regionales despiden a Fernández Vaquero con un acto emotivo

Reconociendo su gran humanidad, su carácter dialogante y su entrega

Las Cortes de Castilla-La Mancha han despedido en un emotivo acto al que fuera su presidente en la IX legislatura, Jesús Fernández Vaquero, que falleció este miércoles a los 67 años de edad, reconociendo su gran humanidad, su entrega a la cosa pública y su capacidad de dialogar para llegar a acuerdos.

El acto se ha celebrado a las puertas del Parlamento castellanomanchego, donde las banderas hondean a media asta en señal de luto, y hasta donde ha llegado el féretro de Fernández Vaquero poco antes de las 13.00 horas, acompañado por su mujer, sus hijos y por el presidente regional, Emiliano García-Page.

A la despedida del que fuera presente del Parlamento autonómico han asistido también la presidenta del Senado, Pilar Llop; el presidente de las Cortes, Pablo Bellido; y los expresidentes del Parlamento autonómico Francisco Javier de Irízan, José María Barreda, Antonio Marco, Francisco Pardo y Vicente Tirado.

También han estado presentes los miembros del Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha al completo; los miembros de la Mesa de las Cortes, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón; el subdelegado del Gobierno, Carlos Ángel Devia; representantes de la sociedad civil y de la plantilla de las Cortes; así como un grupo actual de compañeros del Senado de Fernández Vaquero.

Después de que los ujieres de las Cortes hayan llevado el féretro del expresidente desde el coche fúnebre hasta el lugar en el que se ha producido el homenaje y haya sido cubierto con una bandera de Castilla-La Mancha, el reconocimiento ha comenzado con un minuto de silencio que se ha roto con un sentido aplauso de los allí presentes.

PALABRA Y DIÁLOGO

Seguidamente, la presidenta del Senado ha transmitido sus condolencias desde «el respeto más absoluto y el afecto más profundo» a los familiares de Jesús Fernández Vaquero, sus allegados, amigos, su familia política y compañeros de otras fuerzas, a quienes se unió con la palabra y el diálogo.

«Vaquero fue un político comprometido porque siempre supo estar al lado de las personas que más lo necesitaban, practicó la buena política y sus bases fueron el diálogo, el pacto, la palabra y el respeto», ha subrayado.

Asimismo, ha expresado su «afecto profundo y cercanía» para los senadores designados por los parlamentos autonómicos, como Vaquero. «Nos une un vínculo entre nuestros territorios, asambleas legislativas y Senado, que nos hace comprender la importancia que tienen nuestras instituciones en un estado tan diverso como es España.»

«Comprender ese vínculo nos hace servir de manera más eficaz a los ciudadanos», ha manifestado Llop, que ha finalizado destacando que Fernández Vaquero fue «un extraordinario» servidor público. «Siempre tendrá un lugar especial en nuestra memoria y en la memoria del Senado», ha finalizado.

«NOS INUNDA LA TRISTEZA»

«Es muy duro intervenir cuando nos inunda la tristeza», ha comenzado diciendo el presidente de las Cortes, Pablo Bellido, quien ha señalado que este es un homenaje «inmediato» a «un magnífico compañero» y «extraordinario presidente» que «fue maestro de muchos de los que estamos hoy aquí».

Tras destacar que fue docente y que llevó su «magisterio y su sabiduría» a la política, Bellido ha dicho de Fernández Vaquero que era «un hombre muy grande, generoso, con un corazón enorme, sabio, inteligente y profundamente bueno».

«Tuvo una dedicación a la actividad política obsesiva tanto en el ámbito institucional como en el orgánico, por ello cosechó grandes amistades en cualquier lugar del arco parlamentario», ha señalado, para apuntar que sus claves «eran sencillas» y pasaban por anteponer los valores delante del enfrentamiento y los intereses generales a los particulares, «un amor enorme» a Castilla-La Mancha y una «gran vocación por construir puentes y consensos.

«En lo personal era una persona muy alegre y es necesario recordar su vitalidad, alegría y humor. Una persona vital y optimista que le quitaba hierro a los problemas. Si no llega a ser por esta pandemia hubiera podido convertirse en el centro del Senado por su capacidad de unir a personas con distinta ideología», ha afirmado el presidente de las Cortes, que se ha despedido diciendo: «Querido amigo, que la tierra te sea leve».

«ERA GRANDE COMO EL QUIJOTE»

De su lado, el presidente de Castilla-La Mancha, visiblemente emocionado, se ha expresado en términos muy personales, avisando de que no pretendía «ser más experto en vaquerología ni en Jesús en lo personal» que su propia familia. «Ha sido más que familia, es muy difícil describir el dolor que nos puede embargar a todos, y en particular a su familia».

García-Page, que ha confesado haber discutido con Fernández Vaquero porque este «nunca contaba nada de su familia», ha defendido que nadie piense que la política le ha distraído de su preocupaciones, pues «las combinaba de manera perfecta». «Muchos nos pelearemos por intentar ocupar el lugar de apoyo y estimulo de la familia», ha asegurado.

«Casi no recuerdo cuando le conocí, son muchas las batallas, las peleas», ha recordado el presidente de Castilla-La Mancha que ha destacado que Fernández Vaquero era incapaz de llevar a lo personal la pelea política, «en un mundo donde es lo habitual».

«Buscaba siempre el aspecto más humano, más expansivo y relacional», ha ensalzado García-Page, que ha confesado haber llegado a sentir envidia cuando «echaba más piropos a Vicente Tirado, con el que hizo una excelente amistad, que a mi».

«Estaba en política por compromiso, con una trayectoria limpia, muy limpia, y vocacional. Ha tenido mil ocasiones para dejarlo, porque no solo tiene mucho de duro sino de ingrato, y sin embargo su instinto brutal le llevo a gestionar las ideas con las que empezó. Estuvo aquí por ideas, por compromiso, por vocación y no ha mezclado nunca los problemas políticos con el ataque personal, pese a haber tenido momentos duros y difíciles. Era muy autentico, era de raza pura», ha destacado.

Para ilustrar su absoluta dedicación, ha relatado que una vez superada la operación a corazón abierto a la que fue intervenido recientemente y estando aún en la UCI, pidió a la familia su iPad para votar en un pleno del Senado.

«Tenía envergadura de Quijote, era grande como el Quijote, aunque todos le intentábamos convencer para que de Sancho Panza solo tuviera la sensatez. Era un quijosancho, no podía conducir por la vida sin compromisos ni ética. Tenía los pies en el suelo. Ha cuidado más de los demás que de sí mismo, y eso lo lamento. Esto demuestra que era entregado, generoso y buena persona. Te queremos siempre», ha concluido expresando el titular del Ejecutivo regional, que ha ensalzado su gran humanidad.

SEGUIR SU EJEMPLO

Palabras de reconocimiento ha tenido también el vicario general de la Archidiócesis, César García, encargado de oficiar el responso de despedida. Ha explicado que ha sido el propio arzobispo, Francisco Cerro Chaves, el que le ha pedido asistir al acto para «honrar y venerar la memoria de Jesús, un hombre recto y bueno».

«Personifica aquello que dijo San pablo VI de que el ejercicio de política es un elevado y noble ejercicio de la caridad y del servicio público. Esto hay que reivindicarlo hoy cuando tantas veces sienten ustedes la incomprensión de la sociedad y la denostación de la vocación y de la vida política», ha lamentado.

«Para todos ustedes el ejemplo de don Jesús ha de ser la llamada a seguir en esa vocación, por encima de las incomprensiones, de críticas, tantas veces injustas, por encima de la falta de reconocimiento a esa parte de la sociedad, a esa entrega no exenta de tantas renuncias personales y que tantas veces paga la familia».

Dicho esto, ha pedido a los asistentes a que siguiendo «el ejemplo de don Jesús», sigan trabajando por «la libertad, la justicia, la democracia y la paz como marco irrevocable de convivencia entre todos los españoles y las españolas», ha concluido.

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