El secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha, Sergio Gutiérrez, ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida al Congreso del PSOE de la región que encumbrará de nuevo a Emiliano García-Page como líder de la formación, reivindicando el «pasado intacto» de su partido frente a un Partido Popular que «aún no sabe si Cospedal le da orgullo o vergüenza».
En la alocución que ha servido para abrir el Congreso regional del PSOE castellanomanchego, Gutiérrez ha saludado en ese preciso instante a los expresidentes José Bono y José María Barreda para dar forma así a su teoría sobre el pasado impoluto.
«Sé que nunca tuvisteis un manual de instrucciones, pero siempre estuvisteis firmes en la defensa de vuestras convicciones, compañeros. Gracias, de todo corazón», ha aseverado Gutiérrez.
Ahora, se abre «un Congreso de emociones y de razones», toda vez que «la política es el instrumento de la gente humilde» para cambiar las cosas.
Ha reivindicado «un proyecto con el que emocionarse y dar lo mejor del PSOE en la búsqueda de la felicidad común» para «construir país y región día a día», huyendo de «promesas vacías» ante una oposición que «no tiene más compromiso que con ellos mismos».
Ganar la confianza frente a la crispación o ser un partido «de la estabilidad frente a la ocurrencia y de la sensatez frente al infantilismo» de la oposición ha sido una de las premisas de Gutiérrez, quien ha sacado pecho por «un proyecto por una Castilla-La Mancha de la que todos nos sentimos orgullosos».
El ‘número dos’ del PSOE regional ha abundado en las críticas al pasado del PP frente a «40 años de honradez» de PSOE en Castilla-La Mancha.
«Nosotros no tenemos que refundarnos, sólo reivindicarnos como el partido que se desvela por nuestra tierra, una tierra de más igualdad, oportunidades, progreso y justicia social», ha dicho antes de desear «un buen Congreso y un buen fin de semana».
BLANCA FERNÁNDEZ PRESIDE EL CONGRESO
El Congreso estará presidido por Blanca Fernández, portavoz del Gobierno regional, junto a Susana Alcalde, Diego Aroca, Rosario Herrera, Miguel Valero y María Castaño.
La propia Fernández ha bromeado al tomar la palabra: «Soy presidenta por un día. Jefe, a ver si me voy a acostumbrar…», ha dicho dirigiéndose a García-Page, ante quien ha mostrado su «orgullo».
«Hemos llorado mucho, y a pesar de los errores, hemos tenido aciertos. Y cuando hemos cogido los mandos de la pandemia hemos demostrado nuestra manera de hacer las cosas», ha señalado.
Ha dado la bienvenida al líder de los empresarios regionales, Ángel Nicolás; a los secretarios generales de CCOO y UGT, Paco de la Rosa y Luisma Monforte; y a otros líderes sindicales presentes en la reunión, desde UPTA a Satse, sin dejarse otras entidades como Cruz Roja o EAPN.
Los saludos se han hecho extensivos a los ministros Félix Bolaños e Isabel Rodríguez, miembros de «un Gobierno de España cómplice a los intereses de Castilla-La Mancha».
Así se ha presentado a «un PSOE rebelde» pero «con lealtad» que presume de «éxitos electorales» gracias a la «coherencia y a haber cumplido con las obligaciones»:
Hoy toca «evaluar el trabajo de la Ejecutiva regional» y de Emiliano García-Page tras cuatro procesos electorales desde el último Congreso, dos generales, unas municipales y unas autonómicas que han otorgado al PSOE «la mayor de las cotas de poder».
Ha sido aquí donde ha confesado cómo antes de las autonómicas Sergio Gutiérrez le desveló una encuesta que otorgaba casi 20 diputados al PSOE regional, algo que parecía «muy difícil» ante un panorama electoral «hiperfragmentado» tras un Gobierno de coalición con Podemos con «muchas sorpresas y demasiado ruido».
«Estamos en disposición de superar los retos que tenemos enfrente, y el presidente de Castilla-La Mancha tiene fuerza para eso y para muchísimo más», ha aseverado Fernández, que también ha tenido palabras de recuerdo para el fallecido Jesús Fernández Vaquero.