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miércoles, 13 noviembre
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La temperatura de todas las ciudades españolas subieron una media de 0,73ºC en la pasada década

En el transcurso de la década 2011-2020 respecto a 1981-2010

Las 52 ciudades de España, que suponen más de 15 millones de habitantes, han aumentado sus temperaturas una media de 0,73 grados centígrados (ºC) en la década 2011-2020 sobre el periodo de referencia 1981-2010.

Así se desprende del informe ‘Aumento de las temperaturas por ciudades en España’, basado en los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y presentado este miércoles por el Observatorio de Sostenibilidad.

Según precisan los autores del estudio, los datos analizados corresponden a 15 millones de personas, pero son extensivos al conjunto de la población urbana española (ciudades mayores de 50.000 habitantes) que suponen un casi 60% del total de la población.

De este modo, el estudio concluye que en las capitales de provincia y ciudades autónomas aumentó más la temperatura que en el conjunto del país como media: en las ciudades aumentó 0,73ºC mientras en el conjunto de España fue de 0,58ºC (la temperatura media de referencia 1981-2010 fue de 13,67ºC y la media 2011-2020 fue de 14,26).

Las ciudades que han experimentado un mayor aumento de temperatura en el periodo 2011-2020 respecto a la media del periodo de referencia 1981-2010 han sido las siguientes: Lleida (1,79ºC), Jaén (1,40ºC), Barcelona (1,32ºC), Cuenca (1,18ºC), Ávila (1,172ºC), Murcia (1,11ºC), Granada (1,07ºC), Teruel (1,05ºC), Girona (1,04ºC) y Zaragoza (0,95ºC).

Por el contrario, las ciudades que han experimentado un menor aumento de temperatura han sido las siguientes: Sevilla (0,47ºC), Melilla (0,46ºC), A Coruña (0,44ºC), Salamanca (0,43ºC), Huelva (0,43ºC), Oviedo (0,42ºC), Almería (0,39ºC), Santa Cruz de Tenerife (0,39ºC), Cádiz (0,38ºC) y León (0,38ºC).

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El informe refleja también que entre 1987 y 2018 casi se duplicó la superficie artificial del país, pasando de 670.000 hectáreas en 1987 a 1.367.000; las superficies urbanas se multiplicaron por 1,5 y las zonas industriales, comerciales y de transportes por 3,5.

ISLA DE CALOR EN LAS CIUDADES

Aunque las zonas verdes se multiplicaron por 4,5 (de 13.501 a 64.800), no ha sido suficiente para detener el efecto isla de calor en las ciudades, según los autores del estudio. En ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Valencia se han llegado a detectar hasta 9 grados entre el centro de la ciudad y las áreas limítrofes.

Las cinco grandes ciudades españolas tiene caracterizado el fenómeno isla de calor y en determinadas condiciones pueden tener diferencias de temperatura entre el centro y las zonas limítrofes de hasta 8 grados: Madrid, superior a 8ºC grados; Barcelona en torno a 2ºC; Valencia en torno a 2,5ºC; Sevilla cercano a 7ºC; y Málaga en torno a 8ºC, si bien las metodologías no son comparables. «No se han implantado las políticas y medidas necesarias para que no aumente la temperatura en las ciudades», concluye.

Por otro lado, si se comparan las décadas 1981-1990 y 2011-2020 la diferencia es de 1 grado centígrado (de 15,10 a 16,06) en los últimos 30 años.

Considerando los datos de las series temporales totales de AEMET, los resultados de este informe muestran que Madrid ha subido su temperatura media en 1,75ºC entre 1891-1920 y la década 2011-2020; Málaga, 0,86ºC entre las medias de 1941-1970 y 2011-2020; Valencia, 1,04ºC entre 1961-1980 y 2011-2020.

Las previsiones a 2050 apuntan a que seguirán aumentando con una media de 2,61ºC grados centígrados, «si continúa la tendencia actual observada de emisiones y si no se realizan actuaciones de mitigación». Las ciudades que más aumentarán sus temperaturas son Ciudad Real, Madrid, Cuenca, Guadalajara, Ávila, Soria, Sevilla, Jaén, Cáceres y Badajoz, es decir, el centro peninsular, el norte de Andalucía y Extremadura.

En este contexto, el Observatorio de Sostenibilidad llama a la acción a gobiernos, empresas, organizaciones sin fines de lucro, sociedad civil e individuos para «encarar la subida de calor de las ciudades». «Es necesario adoptar medidas muy serias y muy radicales para adaptarse al incremento ya detectado del aumento de temperatura en cada ciudad teniendo en cuenta la gran diversidad de situaciones ecológicas, económicas y sociales», ha advertido.

Aumentar el número de árboles, jardines, cubiertas y fachadas verdes; incrementar la presencia del agua en la ciudad, con fuentes, láminas de agua, humedales; colocar pavimentos drenantes para favorecer infiltración de agua; o crear anillos verdes, bosques urbanos, corredores ecológicos son algunas de sus propuestas.

El coordinador del Observatorio de Sostenibilidad, Fernando Prieto, ha señalado que «las ciudades, donde vive la mayor parte de la gente del país, se están calentando mucho más que el resto del territorio y, por ello, es necesario actuar ya en todas y cada una de ellas, sobre todo aumentando las zonas verdes y las infraestructuras verdes y azules».

Por su parte, el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, Mario Mingarro, ha destacado «la importancia de un enfoque científico para determinar las acciones a realizar en los ecosistemas urbanos para disminuir el riesgo ante el cambio climático».

Finalmente, el director de programas, Carlos Alfonso, ha hecho hincapié en «la importancia de sistemas comunes de determinación de las islas de calor, la necesidad de bases de datos de buenas prácticas y estudios coste-beneficio para ver la eficacia de las medidas».

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