La cantante y compositora albaceteña María Rozalén ha asegurado que su nominación para los Premios Goya del Cine Español por su tema ‘Que no, que no’ incluida en la película ‘La boda de Rosa’ de Icíar Bollaín, y con la que opta a ser Mejor Canción Original, «puede ser uno de esos pasos increíbles» que pensó que «nunca iba a dar».
Pregunta.- ¿Qué supone esta nominación???
Respuesta.- Es como el gran premio. Si te lo llevas o no después es una lotería, pero que te nominen significa ser elegida entre muy poquitos. Tenía ganas de que me dieran una buena noticia. Últimamente solo son malas y en el sector de la música todo es incertidumbre y cancelaciones. Por eso, recibí la noticia como una gran celebración. Lo demás será disfrutar.
P.- Con este reconocimiento, ¿está a punto de cumplir otro de sus sueños?
R.- De pequeña, cuando veía la Gala de los Goya, jugaba a decir ¿te lo imaginas?. Soy muy fan del cine español y la gala de entrega me emociona un montón, me parece uno de los eventazos del año. Cuando fui hace dos años a actuar ya estaba flipando y no tenía nada que ver con los premiados. No sé si cumplo un sueño, sí puede ser como uno de esos pasos increíbles que pensé que nunca iba a dar.
P.- La canción por la que ha sido nominada tiene un claro tinte optimista. En estos tiempos duros ¿se siente así?
R.- Tiendo a ser bastante optimista aunque últimamente es difícil ver la luz. Soy de las afortunadas, el año pasado solo pudimos hacer cinco conciertos, pero los hice en verano con toda la banda. Además, mi último trabajo ha sido ya Disco de Oro, la gente está apostando por la cultura y por el proyecto. Por eso, a veces me siento mal por quejarme, aunque todos tenemos derecho a hacerlo. Supongo que seré de las que sobrevivirá a esto. Lo que más preocupa, y mucho, es mi equipo.
La nominación también me ha servido para darme cuenta de que necesito cantar, no solo en mi casa. Necesito sentir lo que te ocurre en el cuerpo cuando estás en un concierto e intercambias energía con el público.
P.- La película de Icíar Bollaín pivota sobre Rosa, que ha vivido siempre por y para los demás y decide romper ataduras y comprometerse con ella misma. ¿Que hay de autobiográfico en la letra de su canción ‘Que no, que no’?
R.- Pues aún no me lo he aprendido. ¡A ver si de tanto cantármela se me queda algo!. Es algo que trabajo mucho con mi psicóloga. Está claro que tengo una incapacidad para decir que no, por eso estoy en todos los lados. También porque me gusta mi trabajo y soy supercurranta. Pero tengo esa preocupación de que tengo que gustar y agradar a todo el mundo siempre y eso, a veces, me lleva a descuidarme a mí y a hacer cosas que me imponen y que, realmente, en el fondo de mi corazón no quiero hacer. Supongo que hay muchas cosas que tengo que trabajar de base, pero van con mi forma de ser. Vamos a ver si encuentro un equilibrio.
Vivimos en momento complicado para la autoestima de las personas. Dependemos de muchas cosas, de muchas personas. Todo el rato necesitamos aplausos o reconocimientos y, en realidad, eso no tendría que hacer falta para que uno tirase ‘palante’. Cuando subes un ‘selfie’, ¿hasta qué punto lo haces por algo propio o por recibir likes?.
P.- Respecto a su último trabajo el ‘El árbol y el bosque’, ante el endurecimiento de las medidas sanitarias a causa del COVID-19, ¿cómo van las actuaciones? ¿Tiene previsto girar?
R.- Tengo muchas esperanzas puestas en la primavera. Estamos trabajando para intentar comenzar la gira en mayo. Pero de todo esto también he aprendido que no puedo controlarlo todo y que tenemos que adaptarnos a las circunstancias. Trabajaremos con esa ilusión, pensando que van a salir las cosas y sino, pues ya veremos.
P.- Trabaja también en la organización del ‘Leturalma’, el festival que desde hace años organiza en su pueblo de Albacete. ¿Cómo afecta el virus a la organización?
R.- Es un festival contra la despoblación rural y en mi pueblito lo que más hay es gente mayor, y por tanto vulnerable. Es un festival que está en desarrollo, no mueve a gran cantidad de gente en comparación con otros festivales y el espacio es muy grande. A las malísimas queremos esforzarnos por sacarlo adelante. Cuando se acerque el momento, si la situación empeora habrá que tomar decisiones. Pero hay que intentarlo. Si, a las malas, todo sigue igual hay posibilidades de hacer algo diferente a otros años con todas las medidas de seguridad.