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jueves, 19 diciembre
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Fran exhibe orgullo conquense tras Masterchef y reivindica el poder del puchero: «Con él, en los pueblos viven 100 años»

Ya prepara el pregón de las Fiestas de San Julián y sueña con montar su propia casa de comidas en la ciudad que le vio nacer

Fran Martínez, natural de Cuenca, criado en el barrio de la Fuente del Oro, con raíces en Cañizares y finalista de la novena edición de Masterchef, afronta su nueva vida tras el salto a la fama de las últimas semanas con la vista puesta en montar una casa de comidas en su ciudad natal, exhibiendo orgullo conquense y reivindicando el poder de los platos de puchero y cuchara y la cocina tradicional manchega. «Comiendo puchero, en los pueblos viven cien años. Tan malos, no serán», asegura.

«En Masterchef hay que aplicarse el cuento, ir progresando y evolucionando. Las primeras semanas lo pasé mal porque el nivel de los compañeros era muy superior al mío, y desde la prueba de Barcelona el nivel subió un escalón. Ahí es cuando tuve que pegar el subidón y sacar lo que llevaba dentro», ha rememorado.

Estar en posesión del pin de la inmunidad le proporcionó mucha tranquilidad a la hora de enfrentarse a las distintas pruebas, incluso le permitió «arriesgar» y pasar a la final.

Tras reconocer que en las pruebas en exteriores se sintió más cómodo, ha reivindicado también su profesión como camarero, una experiencia acumulada que le ha servido para mostrar su mejor versión a la hora de trabajar en equipo.

«En exteriores se ha visto que tenía un punto más de comprensión en las pruebas. Sabía a dónde tirar, estaba más suelto, y mi veteranía como camarero me ha ayudado mucho», ha apuntado.

ARNAU, «UN PUNTO POR ENCIMA»

De Arnau, ganador de esta novena edición, ha apuntado que cuando cocinaban en casa estaba «un punto por encima» del resto, destilando «veteranía y tranquilidad». «Se lo ha currado y es justo vencedor».

También ha tenido palabras para Mery, también finalista y segunda clasificada «muy perseverante» y a la que ha visto estudiando su carrera de Medicina en la casa hasta las 3.00 de la madrugada y levantarse a las 7.00 para ponerse en marcha. «Muy pocas veces puedes ver que se equivoque. Todo lo que estudia lo tiene muy bien aplicado y sabe cómo son los tiempos de todo».

De los ratos en el interior de la casa que ha compartido con sus compañeros, confiesa que ha podido hacer «alucinar» a todos con los asados al estilo conquense. «Recuerdo estar haciendo esferificaciones mientras se hacían las ascuas», rememora.

BANDERA POR LA COCINA TRADICIONAL

Fran Martínez ha hecho un alegado de la cocina tradicional, «con la que come el 90% de la gente» y en la que se basa «cualquier cocinero».

En su futuro próximo, sueña con montar su propia casa de comidas «donde pueda comer toda la familia» con platos que «llenen de energía», defendiendo el puchero y la cuchara. «La gente en los pueblos vive 90 y 100 años comiendo puchero. No pueden estar malos».

Aunque en el corto plazo espera seguir formándose, la casa de comidas es su objetivo. «Con comida para tomar, para llevar, con mesitas…», indica, y aunque afirma que seguirá en su profesión, ahora es «el momento de ir un paso hacia adelante» para poder depender de sí mismo.

«Está claro que Masterchef da tirón y es un buen escaparate. Te exponen ante toda España y te ve mucha gente, y recibo cientos de mensajes que me animan a montar algo por mi cuenta», asegura Fran.

Torre de Gazate Airén

PREPARANDO EL PREGÓN

El concursante será el próximo pregonero de las Fiestas de San Julián de Cuenca, algo que ve como «un privilegio y una recompensa».

«Es un privilegio que Cuenca esté orgullosa de mí y que el Ayuntamiento quiera que sea pregonero. Voy a reivindicar el papel de Cuenca, tenemos que demostrar que somos muchos y que tenemos que unirnos para progresar. Nunca podemos renegar de dónde somos, eso jamás», asegura.

Por ello, pide a sus vecinos seguir en la lucha para que la ciudad «progrese», algo que espera que se pueda hacer «entre todos y poco a poco». «Tenemos que estar orgullosos de dónde somos».

Parte de ese orgullo por Cuenca también viene de la hostelería de la ciudad y de la provincia, y Fran Martínez ha repasado parte de los locales que entrarían en sus recomendaciones.

Así, en primer lugar ha colocado al restaurante Peñablanca, donde él ha desplegado su trabajo en los últimos ocho años, sin dejar de mencionar el Recreo Peral, la atención en La Playa, locales del casco como el Bar El Castillo, Las Brasas o El Secreto de la Catedral, el gastrobar La Cava o el eterno El Ventorro. «Nos podríamos quedar aquí un mes y comer cada día en un sitio. Tenemos muy buen nivel».

No ha dejado la oportunidad de hablar del chef estrellado Jesús Segura, quien recuperará la Estrella Michelin que se dejará en el camino con su mudanza a las Casas Colgadas «en el corto plazo».

«Da todo por esta ciudad, quiere reivindicarse y dejar a Cuenca en lo alto. Si hay un pelotón, él va en cabeza, empujando, estirando. Para mí es un orgullo», ha rematado.

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