Los menores de 18 años representan entre el 0,8 y el 2,1 por ciento de la incidencia de coronavirus, según se recoge en la guía ‘COVID-19 en Pediatría: valoración crítica de la evidencia’, a la que se puede acceder en los sitios web de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
De hecho, en el trabajo se abordan todos los aspectos relacionados con la enfermedad en la edad pediátrica: la epidemiología, la clínica, las pruebas diagnósticas, el tratamiento, la prevención y también las vacunas. Y es que, manejar la evidencia científica sobre COVID-19 y niños es una «tarea compleja», por la gran cantidad de información disponible y la dificultad de poder conocer todos los aspectos de la pandemia y su repercusión en la infancia.
Con la publicación de esta guía, basada en la evidencia científica publicada, los profesionales tienen una herramienta útil en sus consultas de Pediatría. «Ahora sabemos más acerca de la infección por SARS-CoV-2 y lo relacionado con los niños: a quiénes afecta, cómo se transmite, qué síntomas produce y en qué edades, qué secuelas deja, qué pruebas son las adecuadas para el diagnóstico, qué ocurre durante el embarazo, al nacer y en el periodo perinatal, la lactancia materna, los colegios, las vacunas», ha dicho la pediatra de Atención Primaria del Centro de Salud Barrio del Pilar de Madrid, Paz González Rodríguez, .
Para su elaboración, se han revisado los estudios publicados hasta el momento, se ha sintetizado y valorado la calidad de la evidencia y se han elaborado recomendaciones en base a esta, para proporcionar a los profesionales y a la población general una valoración crítica de los conocimientos más actuales y elementos de juicio para la toma de decisiones.
Aunque aún persisten «muchas preguntas para las que la ciencia no tiene una respuesta clara», de acuerdo con los autores de la guía (pediatras de Atención Primaria y de Atención Hospitalaria), se puede afirmar que hay evidencia científica que apoya algunos datos. Entre ellos, destacan que en la población de 0 a 18 años la incidencia de enfermedad clínica (COVID-19) es de 0,8 a 2,1 por ciento de la incidencia general.
Además, la carga viral en vías respiratorias altas parece inferior a la de la población general en la población menor de 20 años. En cuanto a los síntomas, lo más sugestivo es la combinación de falta de olfato o gusto y la presencia de vómitos y cefalea.
Sin embargo, en pacientes pediátricos con COVID-19 atendidos en urgencias/hospital, la fiebre es el síntoma más frecuente. Del mismo modo, los recién nacidos de entre uno y tres meses de edad presentan un mayor riesgo de ingreso hospitalario, más en el caso de niños prematuros o con inmunodeficiencias.
Además, en la guía se recomienda el uso de mascarilla siguiendo las normas vigentes en la actualidad, obligatorio para mayores de seis años y recomendado de tres a cinco años; pero no se aconseja el cierre de colegios y escuelas infantiles como medida de prevención para disminuir la incidencia y gravedad de la COVID-19 en la población general.
Por otra parte, los expertos recuerdan que no hay pruebas de que el SARS-CoV-2 se transmita por leche materna; destacan la importancia de fomentar y mantener la lactancia materna también en los recién nacidos de madres infectadas; son partidarios de realizar PCR en la nasofaringe, siendo más adecuada que los test rápidos; y aconsejan la vacunación frente al Covid-19 a los menores.