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lunes, 25 noviembre
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Las bebidas energéticas: los riesgos que traen consigo su consumo excesivo para nuestro cuerpo

El consumo de estas bebidas entre los jóvenes ha aumentado sustancialmente en estos últimos años

Los inicios de la bebida energética y su estado actual

Las bebidas energéticas se dieron a conocer hace casi cuatro décadas asociándose a deportes extremos, cuando Red Bull empezó a patrocinar eventos deportivos de riesgo. Ahora son los jóvenes, adolescentes y preadolescentes los consumidores más entusiastas: se toman una o varias latas para concentrarse ante un examen, para no dormirse, para rendir más en el gimnasio… Las bebidas energéticas también se mezclan en las noches de fiesta con vodka u otros alcoholes, como el popular Jägerbomb (combinado con licor de hierbas).

En la actualidad, la variedad de marcas de bebidas energéticas es muy amplia. Junto a las marcas pioneras, como Red Bull y Monster, han aparecido otras muchas: Atlantis, Beebad, Burn, Crazy Tiger, Eneryety, Missile, Nocco, Rodeo, Reign, Rockstar o Yula. A estas se suman variedades energéticas de Coca-Cola (Coca-Cola Energy y Coca-Cola with coffee). Además, la gran mayoría de las marcas de supermercado se han apuntado a esta tendencia y cada una tiene su producto Energy drink.

A quienes les gustan estas bebidas, suelen tomarlas a menudo, incluso a diario y más de una lata. Teniendo en cuenta que algunos envases son de gran tamaño, la cantidad de cafeína que se puede ingerir es muy elevada, pudiendo sobrepasar los niveles que se consideran seguros.

¿Qué son y qué contienen las bebidas «energéticas»?

Son, básicamente, una mezcla de agua carbonatada, azúcar (o edulcorantes en las opciones sin azúcar o bajas en calorías), aditivos y aromas, entre los que se incluye la cafeína. Su valor nutricional es muy escaso, con un alto contenido de azúcar, salvo en los productos light o sin azúcar.

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Estas bebidas llevan, por tanto, cafeína, que es un estimulante del sistema nervioso central; en dosis moderadas aumenta el estado de alerta y reduce la somnolencia. Además, algunas incorporan vitaminas del grupo B y aminoácidos y sustancias a las que se les atribuyen efectos energizantes o revitalizantes, como:

  • Ginseng: se trata de una planta que se ha utilizado con fines medicinales, como remedio contra la astenia y el agotamiento físico y mental.
  • Taurina: es un aminoácido producido naturalmente por el cuerpo humano y se encuentra en alimentos como la carne y el marisco. Es esencial para el sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y para el normal funcionamiento del músculo esquelético. Se asocia a un aumento en rendimiento deportivo y resistencia.
  • Glucuronolactona: el organismo la produce de manera natural a partir de la glucosa, aunque la de las bebidas se consigue en laboratorio. Se le atribuyen efectos antifatiga y estimulante. Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), las concentraciones de este compuesto que se usan en las bebidas energéticas no suponen riesgo para el consumidor.
  • Guaraná: planta amazónica que contiene estimulantes como la cafeína. Se le presuponen efectos energizantes y adelgazantes. 

El riesgo de tomar demasiada cafeína

Consumida en dosis moderada, la cafeína aumenta el estado de alerta y reduce la somnolencia. Pero en exceso tiene sus riesgos. Entre los efectos perjudiciales:

  • A corto plazo, provoca problemas relacionados con el sistema nervioso central, como el sueño interrumpido, ansiedad y cambios en el comportamiento.
  • A largo plazo, el consumo excesivo de cafeína se ha relacionado con problemas cardiovasculares y, en las mujeres embarazadas, con retraso en el crecimiento del feto.

Para las personas con la tensión alta, se aconseja moderar el consumo de cafeína.

Cantidades de referencia que no conviene superar

La EFSA ha establecido unas referencias sobre la ingesta segura de cafeína, diferentes según se trate de personas adultas, mujeres embarazadas o niños y adolescentes, y dependiendo de si se toma la cafeína de una sola vez (dosis única) o repartida a lo largo del día:

  • Para la población adulta sana en general, las ingestas de hasta 400 mg de cafeína consumida a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales en la salud. Se calcula en torno a 5,7 mg por cada kg de peso corporal; por ejemplo, para una persona de 60 kg, la cantidad inocua sería de 342 mg al día.
  • Para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, las ingestas de hasta 200 mg consumidas a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales para la salud del feto.
  • En una sola dosis, se considera seguro hasta 200 mg de cafeína, a razón de unos 3 mg por kilo de peso corporal tanto en adultos (no embarazadas) como niños y jóvenes. Si ponemos por caso un adolescente de unos 50 kg de peso, la cantidad máxima segura sería de 150 mg.

¿Cómo se indica la cafeína en la etiqueta?

La normativa exige que los productos que llevan cafeína añadida lo indiquen en la etiqueta:

  • Cuando la cantidad de cafeína es inferior a 150 mg/l, aparecerá como “aroma” en la lista de ingredientes.
  • Y si la cantidad es superior a 150 mg/l, la etiqueta también debe incluir la leyenda “contenido elevado de cafeína”, seguida de la cantidad en cuestión expresada en mg/100 ml y una advertencia de consumo “No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia”.

¿Cuánta cafeína tienen las bebidas energéticas y refrescos? 

  • Entre los refrescos clásicos con cafeína, los valores oscilan entre los 6 mg/100 ml (19,8 mg/lata) en Nestea Limón bajo en calorías y los 11 mg/100 ml (36,5 mg/lata) en Pepsi, Pepsi Max y Coca-Cola sabor original.
  • Entre las bebidas energéticas, la concentración de cafeína varía ampliamente según el producto: desde los 15 mg/100 ml en EL Diablo (de Dia) y Coca-Cola with Coffee sin azúcares hasta los 37 mg/100 ml en Reign Razzle Berry.
  • El producto con más concentración de cafeína es Monster Espresso and Milk, una bebida a base de café, que contiene 60 mg/100 ml.
  • Cualquiera de estas bebidas se queda muy por debajo de la cantidad de cafeína de una taza de café, que contiene unos 128 mg/100 ml si está hecho en casa y 180 mg/100 ml si es de cafetería.
Las bebidas energéticas: los riesgos que traen consigo su consumo excesivo para nuestro cuerpo
Gráfico realizado por OCU

El consumo de bebidas energéticas en lata

La cosa cambia cuando calculamos la cantidad de cafeína por tamaño de ración. Si consideramos por ración una lata y resulta que la mitad de las latas de bebidas energéticas son de 500 ml, las concentraciones de cafeína se multiplican.

La bebida energética Reign Razzle Berry es la que más cantidad de cafeína por ración aporta: 185 mg en su envase de 500 ml, lo que supone un 46% de la cantidad máxima diaria establecida por la EFSA como límite seguro para adultos (hasta 400 mg a lo largo del día). Tomada la lata de una vez, supondría el 93% de lo que se considera seguro en una única dosis (hasta 200 mg).

Los riesgos que contraen el consumo de bebidas energéticas en personas de poco peso

¿Para un adolescente, o preadolescente, cuánto supone beberse una lata de una vez? Haciendo el cálculo de 3 mg por kilo de peso corporal que establece la EFSA, una persona de 50 kg no debería sobrepasar los 150 mg de cafeína de una sola vez, pues con esta cantidad estaría alcanzando el 100% de la ingesta que se considera segura. Sin embargo:

  • 3 bebidas energéticas superan el 100% de dosis de cafeína segura en una sola toma: Reign Razzle Berry (500 ml), Nocco BCAA Melocotón (330 ml) y Burn Energy drink Original (500 ml).
  • Otros dos productos están en el 100% del límite de seguridad: la bebida energética Monster Energy (500 ml) y la bebida a base de café Monster Espresso and Milk (250 ml).

Los riesgos de mezclar bebidas energéticas con alcohol

En 2013, la EFSA publicó los resultados de la evaluación del riesgo asociado al consumo de bebidas energéticas combinadas con alcohol. El consumo de alcohol en dosis de hasta 0,65 g/kg de peso corporal no afectaría a la seguridad de las dosis únicas de cafeína de hasta 200 mg. Hasta estos niveles de ingesta, es difícil que la cafeína pueda ocultar la percepción subjetiva de la intoxicación etílica.

Sin embargo, como alertó la OMS un año más tarde, el problema surge cuando se rebasan estas cantidades de alcohol o cafeína, nada raro entre adolescentes que mezclan grandes cantidades de alcohol y bebidas energéticas cuando salen de fiesta. Un adolescente (50 kg) superaría los 0,65 g/kg de peso con un par de copas cargaditas.

El peligro de mezclar bebidas energéticas con alcohol está en que las grandes cantidades de cafeína reducen el sueño y el cansancio, pero no disminuyen los efectos del alcohol. El resultado es que se está más tiempo despierto y, por tanto, se mantiene la posibilidad de seguir bebiendo, mucho más que si se tomara un combinado con un refresco clásico con cafeína.

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