Castilla-La Mancha baraja retrasar el toque de queda hasta la medianoche, con el cierre una hora antes por parte del sector de la hostelería, en el nuevo decreto que entrará en vigor el 10 de abril.
Así lo ha adelantado la portavoz del Gobierno autonómico, Blanca Fernández, a preguntas de los medios durante la rueda de prensa para dar cuenta de los acuerdos adoptados en el Consejo de Gobierno.
Las restricciones adoptadas por Semana Santa expiran el 9 de abril, y Castilla-La Mancha ya trabaja en un nuevo decreto con medidas para frenar la expansión del coronavirus, que se publicará en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha la noche del viernes.
La idea del Gobierno castellanomanchego es seguir permitiendo visitas en centros sociosanitarios por parte de familiares y también salidas por parte de residentes.
También tiene intención de que en aquellas zonas donde no existe alto riesgo pueda seguir habiendo actividad hostelera en interiores al 50 por ciento y en exteriores al 75 por ciento, es decir, «tal y como está la inmensa mayoría de la región en este momento».