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sábado, 16 noviembre
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Donde existe la unidad, siempre existe la victoria

Artículo de Francisco Tierraseca, Delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha

Desde 1984 en que celebramos el Día de Castilla-La Mancha con motivo de la constitución de nuestra primeras Cortes Regionales, nunca en nuestra breve historia esta festividad se ha celebrado con tanto dolor, emoción e incertidumbre sobre el futuro, en unas fechas donde España entera y todas sus instituciones se encuentran de luto oficial por las víctimas de la pandemia del Covid-19.

Por esta razón, como representante del Gobierno de España en Castilla-La Macha, quiero trasladar nuestras más profundas condolencias y solidaridad a todas las familias castellano-manchegas que se han visto afectadas por tan dolorosas pérdidas y nuestro agradecimiento sincero para todos aquellos profesionales y voluntarios que todavía, con su esfuerzo y generosidad, nos siguen curando, cuidando y protegiendo.

En este triple esfuerzo es obligado nuestro reconocimiento a todo el personal sanitario por el enorme sacrificio realizado y actitud ejemplar de su vocación de servicio; a los trabajadores y trabajadoras de las residencias; al personal de limpieza; a miles de trabajadores anónimos que con su celo han contribuido a no añadir a la emergencia sanitaria otra más de abastecimiento de productos esenciales; a las iniciativas empresariales, sociales y particulares para poner a disposición de la población material sanitario y de protección; a todos los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policías Locales y Protección Civil que han colaborado en nuestra protección, informando y vigilando, así como a los miembros de las Fuerzas Armadas por su contribución en las labores de desinfección de centros sociales, sanitarios y residencias y al conjunto de colectivos, ONGs por sus miles de voluntarias y voluntarios anónimos.

Lamentablemente hoy no puede ser un día de fiesta por respeto a las víctimas y a sus familias, pero tampoco podemos abatirnos en un réquiem perpetuo, porque la vida, aunque sea dolorosamente, siempre empuja con la fuerza de la esperanza y así, todos, confiamos en que las  ciudades y pueblos de Castilla-La Mancha puedan desterrar en el plazo más breve posible la soledad y el silencio que nos ha arrasado.

Con la responsabilidad colectiva asumida por la mayoría de la población en el respeto a las medidas del confinamiento y con el esfuerzo de todas y todos, sin distinción, hemos conseguido que la situación que hoy tenemos en la región nos permita afrontar el futuro con mayores garantías, fuerza y determinación para el esfuerzo sostenido que todavía tendremos que realizar para vencer esta pandemia.

Pero esta victoria no solo puede ser sanitaria, deber ser también una victoria moral que nos permita mitigar y superar tanto duelo acumulado y una victoria social a la que tendremos que llegar a través de la solidaridad.

Nos enfrentamos como país y como sociedad a uno de los retos más difíciles que hemos tenido que afrontar en nuestra historia contemporánea. La ciudadanía y sus instituciones en este trance debemos ser herederos dignos de los que nos dejaron para que su sacrificio no haya sido en vano y un ejemplo para las generaciones futuras.

Solo encontraremos la dignidad y la ejemplaridad en la unidad, porque seremos tan fuertes como unidos estemos, y tan débiles como divididos permanezcamos. Unidos evitaremos que se ahonde la brecha social a la que nos arriesgamos por los efectos económicos de esta crisis. Unidos podremos tejer con nuestras instituciones una red social que vele y proteja a los más desfavorecidos y solo unidos podremos sentir el orgullo de haber resistido y vencido como país y como sociedad a uno de los desafíos más importantes de nuestra historia, porque donde existe unidad, siempre existe victoria.

FRANCISCO TIERRASECA GALDON
DELEGADO DEL GOBIERNO EN CASTILLA-LA MANCHA

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