Ecologistas en Acción ha expresado sus discrepancias con la tala «sin concesiones» de acacias de la Avenida Juan Carlos I de Tomelloso, y ha pedido al Consistorio su paralización «inmediata» y la entrega de informes técnicos que justifiquen una intervención «desproporcionada e incomprensible para muchos ciudadanos».
En nota de prensa, la organización proteccionista ha denunciado que una decena de estos árboles han sido cortados durante los trabajos de pavimentación del tramo comprendido entre el Lidl y el Burger King. «La continuidad de las obras amenaza los veintidós árboles restantes. Según el Ayuntamiento, es una actuación de prevención debido a molestias e incidentes originados por las numerosas y agudas espinas propias de esta especie. Aduciendo seguidamente que se trata de árboles secos», ha criticado.
Consideran desde Ecologistas en Acción que ambas argumentaciones son «inconsistentes», pues la acera tiene una anchura de varios metros, permitiendo sobradamente el paso de viandantes, sin necesidad de entrar en contacto con los árboles.
«De encontrarse secos, la responsabilidad es del propio Ayuntamiento que descuida las labores de mantenimiento de nuestras zonas verdes, probablemente porque el Departamento de Parques y Jardines cuenta con una plantilla corta y sobrecargada de trabajo», ha añadido.
«Es fácilmente interpretable la realización de acciones puntuales o selectivas, si no son inevitables, pero ordenar la ejecución de una actuación tan radical, como es la eliminación de un cinturón arbóreo integrado en el entorno urbano, despreciando previamente la consideración de otro tipo de medidas más respetuosas con estos seres vivos, induce a pensar que el Ayuntamiento carece de un modelo de manejo del arbolado urbano, por no meternos en valoraciones no menos prosaicas relacionadas con la planificación urbanística», ha lamentado la organización.
Y es que Ecologistas en Acción ha añadido que los árboles y arbustos son imprescindibles en la fijación de carbono gracias a la fotosíntesis, liberando oxígeno. «Proporcionan un microclima que suaviza las duras condiciones de la ciudad, propician sombra y atraen a una escasa pero valiosa fauna. También, y no menos importante, nos alegran e inspiran en un medio poco dado a la calma y a la introspección, como es la ciudad», ha añadido.
Por eso, consideran que resulta poco alentador que, «en un momento de mayor percepción social de los temas medioambientales y con unas instituciones que en foros públicos proclaman su compromiso con la sostenibilidad y con la emergencia climática, se vean prácticas rescatadas de un pasado que, pensábamos, había quedado definitivamente superado».