Este año no habrá programa de «Vacaciones en paz» para los niños y niñas saharauis. Obviamente el cierre de fronteras y el aislamiento social también ha llegado a los campamentos de refugiados saharauis, donde los habitantes del Sáhara viven en el exilio desde que, en 1976 y tras la Marcha Verde, Marruecos invadiera su territorio.
La crudeza del desierto durante la época estival fácilmente alcanzan los 50° a la sombra, que junto a la injusticia de su ocupación, hacen que en España existan muchas muestras de solidaridad de diferentes asociaciones y pueblos. Entre ellos se encuentran los manchegos, que cuentan con entidades muy activas que se encargan de traer a nuestro país, durante los meses de julio y agosto, a pequeños y pequeñas saharauis de edades comprendidas entre los 9 y 12 años para pasar el verano con sus familias de acogida.
Ver caer agua de un grifo, bañarse en la piscina o mojarse con la lluvia son vivencias cotidianas que para ellas y ellos son un verdadero espectáculo, y que emociona vivir a su lado. Así que habrá que esperar al verano de 2021 para que vuelvan a reanudarse estos proyectos y estas inocentes vidas puedan disfrutar de unos meses diferentes y muy enriquecedores con sus familias españolas.
Dada la situación, si de por sí la ayuda humanitaria llega a cuentagotas, estos meses con la pandemia aún es más difícil que les llegue. Incluso los productos más básicos escasean. Por eso, este pequeño artículo para no olvidarnos de ellos y de su precaria situación, que no es fruto de hace tres meses, sino de cuarenta y cuatro años. Aun sabiendo los tiempos difíciles en los que nos encontramos, toda ayuda, por pequeña que sea, será bien recibida por las asociaciones de cooperación con la causa saharaui.
Niñas y niños, vuestras familias os esperan el verano que viene.
¡Sáhara libre!
