Entramos en una época muy buena para disfrutar de las preciosas Lagunas de Ruidera, a escasa media hora de Tomelloso, ahora que el verano ha terminado y la afluencia de turismo es menor.
Patearlas de una punta a otra, perderse por los senderos menos transitados, escuchar el ruido relajante que producen las cascadas, contemplar la inmensidad de estos humedales desde algún punto más alto, disfrutar con los colores, que el otoño va dibujando en toda la vegetación que compone el parque natural, y como no, también se puede degustar buena cocina en todos sus restaurantes, hay reponer fuerzas para seguir descubriendo este lugar.
Toda una maravilla que tenemos aquí al lado donde pasar un magnífico día en plena naturaleza.
Tenemos un pequeño paraíso más cerca de lo que nos creemos, disfrutémoslo.