La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia que la plantilla del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se encuentra totalmente desbordada con una situación de agotamiento físico y mental a consecuencia de la sobrecarga laboral generada por la crisis sanitaria y la solicitud de las prestaciones por desempleo, por lo que reclama que se refuerce este servicio.
A pesar de la extensión de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta septiembre, el número de trabajadores del SEPE no ha aumentado de forma significativa para hacer frente a un volumen de trabajo que ha aumentado más de un 450 por ciento respecto al pasado año.
El presidente del Sector de Administración General del Estado (AGE) de CSIF Castilla-La Mancha, Leopoldo Felipe Gómez, subraya que “es necesario contar cuanto antes con una mayor dotación de personal profesionalizado y con carácter estructural, y es que seguimos pendientes de un proceso de estabilización para que los interinos de la bolsa del SEPE pasen ya a formar parte de la plantilla como empleados fijos, lo que por otra parte no supondría un incremento neto del número de efectivos siendo necesaria la convocatoria de procesos selectivos”.
En Castilla-La Mancha, que ha llegado a contabilizar más de 100.000 trabajadores afectados por un ERTE, la plantilla del SEPE cuenta únicamente con 256 empleados dentro de una reducción progresiva de efectivos desde el 2010.
Se trata de un problema grave de cara a un periodo vacacional que puede reducir la resolución de expedientes, lo que a su vez provoca “un incremento de las funciones para los compañeros que permanecen en sus puestos de trabajo. El compromiso de los trabajadores del SEPE es encomiable desde el inicio de la crisis, que han desempeñado su labor doblando turnos y trabajando durante los fines de semana e incluso festivos. Son horas extra que no se están pagando”, señala Felipe Gómez.
Para el presidente de AGE, la solución pasa “por aumentar las plantillas, ya que el agotamiento físico y mental de los trabajadores es más que evidente”, sobre todo por la enorme responsabilidad de la celeridad para dar solución a los ciudadanos y familias afectadas por la crisis sanitaria y que todavía están pendientes de recibir su prestación. Esta situación está poniendo a los empleados públicos en el blanco de la indignación de las personas perjudicadas, que en muchas ocasiones no pueden expresar sus dudas por la demora en la cita previa para ser atendidos presencialmente en unas oficinas que en Castilla-La Mancha abrieron sus puertas el 22 de junio.
