La secretaria regional de Política Institucional y Salud Laboral de CCOO, Raquel Payo, ha lamentado este martes que el esfuerzo que las empresas de la región han hecho durante buena parte del año a combatir el COVID les ha hecho ser menos exigentes en la aplicación de la ley de prevención, relajación que ha provocado que, pese al descenso de la actividad y la movilidad provocado por la pandemia, en Castilla-La Mancha hayan perdido la vida hasta el mes de septiembre un total de 42 personas trabajadoras.
«Se han puesto las pilas para evitar los contagios, pero en esa inversión para frenar la pandemia hemos descuidado las caídas en altura, los sobreesfuerzos o los atrapamientos», ha indicado Payo en rueda de prensa.
Y es que ha denunciado que este incremento de la siniestralidad laboral -en el mismo periodo del 2019 fueron un total de 25 las fallecidas en la región-, hace que Castilla-La Mancha se sitúe «con estas cifras de la vergüenza» como la segunda región con más accidentes, continuando Guadalajara como la provincia con más siniestralidad a nivel nacional.
«En la tarde de ayer veíamos, gracias a los medios de comunicación, cómo un trabajador de 52 años tenía una caída en altura desde cinco metros, un trabajador de 20 años sufría un corte en una pierna y otro sufría una herida tras la caída de una rama. No solo nos alarma esa foto de la accidentabilidad mortal, sino que esos accidentes graves o muy graves como los de ayer que son prevenibles y evitables», ha asegurado secretaria regional de Salud Laboral de CCOO.
De ahí que, ante una «accidentabilidad desbocada» haya insistido en que desde CCOO «no se van a cansar de exigir» al empresariado de la región la aplicación real de una gestión preventiva salvavidas y que evite enfermedades de origen laboral, a fin de acabar «con la sangría en la que se está convirtiendo la región».
Mientras que las empresas de la región, pese a estar adecuadas a la normativa de prevención, no la aplican, la secretaria regional de Política Institucional y Salud Laboral ha defendido que para el sindicato, «con o sin pandemia», la salud laboral ha sido un asunto prioritario y por ello ha llevado a cabo una incesante labor de asesoramiento.
Ha recordado que durante el confinamiento activaron una línea de WhatsApp «para estar más cerca de los trabajadores», de tal modo que hasta septiembre han contactado con un total de 3.000 de ellos, por medio de diferentes líneas de actuación. Tampoco, ha proseguido Payo, CCOO ha abandonado la formación, llegando a un total de 500, e incluso ha realizado campañas específicas sobre cómo prevenir el COVID.
De igual modo, desde el sindicato han trabajado en la prevención del sobreesfuerzo, una de las principales causas de accidentabilidad, pues según ha detallado, en la región casi 9.000 personas sufrieron un accidente laboral por esta causa durante el 2019.