El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha autorizado un gasto de 2,1 millones de euros para aumentar las ayudas en materia de libros de texto, la construcción de aulas prefabricadas y para reforzar el sistema de prevención de riesgos laborales y la implementación de la enfermería en los centros.
Tal y como ha explicado este miércoles en rueda de prensa la consejera portavoz, Blanca Fernández, esta cantidad se destina «a proteger del coronavirus a los escolares, al personal docente y no docente y a seguir garantizado su seguridad en este curso escolar tan atípico», un paquete de ayudas que complementan a los 120 millones que se han invertido en esta materia.
En los préstamos de libros de texto, se ha incrementado en un 1 millón de euros este programa, que ha tenido una inversión total de 4 millones de euros atendiendo a 73.990 alumnos de Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria, lo que supone un incremento del 11% en relación al año pasado.
En cuanto a las aulas prefabricadas se han autorizado 535.473 euros para instalar 19 módulos en nueve centros educativos de Toledo debido a las más de 2.000 matriculaciones extraordinarias de familias que han decidido venirse a vivir a la región, unas aulas que siempre se ha trabajado en reducir y que ahora se han hecho «imprescindibles» para ganar espacio, hacer desdobles y garantizar medidas de seguridad.
El tercer montante, de más de 600.000 euros, se divide en dos partes, una de 460.000 para prorrogar hasta final de curso el contrato de diez técnicos superiores en prevención de riesgos laborales para el asesoramiento en centros de sus planes de contingencia frente a la COVID-19 y la otra, de 146.000 euros, para prorrogar el contrato de seis profesionales de enfermería y la contratación de otros dos para reforzar esta prevención que desempeñan, así como labores de rastreos.
En cifras totales, Fernández ha recordado que se han contratado a más de 3.000 docentes nuevos, 180 trabajadores y trabajadoras de la limpieza, 72 profesionales más en centros de educación especial y en escuelas infantiles; 10 técnicos en riesgo laborales y 8 profesionales de enfermería, con lo que se «pretende» dar tranquilidad a las familias.
«Una prueba de que lo estamos consiguiendo entre todos es la bajísima incidencia del virus en las aulas de Castilla-La Mancha», ha resaltado Fernández.