El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pedido este jueves al Partido Popular que ni «exagere, ni haga demagogia ni sobreactúe», especialmente en torno a lo ocurrido en el asentamiento ilegal de temporeros de Albacete, y ha recordado al presidente regional, Paco Núñez, que su llamada se produjo cuando ya habían pasado 72 horas desde que se detectó en ese lugar un brote de COVID-19.
«No vamos a entrar en veleidades simple y llanamente», ha indicado tras explicar, a preguntas de los medios durante un acto en Motilla del Palancar (Cuenca), que no puede estar esperando 72 horas a que llame el dirigente del Partido Popular.
«Yo me ofrezco a ayudar, a colaborar y a no echar leña al fuego», ha manifestado el presidente regional, que ha añadido que «bastante he tenido que padecer en secreto y con discreción el hecho de que algunos hayan corrido para presentarse sin avisar en las Urgencias médicas sin tener que presentarse con la misma urgencia en los asentamientos».
Al hilo de esta cuestión García-Page ha lamentado que haya políticos de la oposición en la región que «confunden las llamadas con las radio llamadas» y que se entere «antes por Twitter» de que le están llamando que por teléfono y ha añadido que, «si quieren hacer teatro que lo hagan cuándo empiezan las cosas, porque si tuviéramos que estar esperando a las exageraciones de último momento hace ya muchísimo tiempo que las cosas se habían complicado más de la cuenta».
Dicho esto, el presidente regional se ha mostrado «totalmente orgulloso del trabajo» de la Consejería y de su equipo en el asentamiento de Albacete, «porque desde el primer momento estamos prestando asistencia sanitaria y hemos hecho pruebas a todo el mundo».
«Son personas, son seres humanos, para aquellos que los consideran simplemente estadísticas», ha añadido, explicando que se han hecho pruebas a todo el mundo y el Gobierno regional está haciéndose cargo de la manutención «e incluso estamos facilitando ayudas laborales a aquellos que están en condiciones de regularidad».