El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha rechazado la Mesa de Diálogo defendida este mismo miércoles por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y ha mostrado su temor a que, ahora que se alivia en cierto punto la crisis sanitaria y se levanta el estado de alarma, vuelvan al escenario político «las mismas pesadillas» independentistas que antes de la pandemia.
Así reaccionaba el líder del Ejecutivo autonómico después de que Calvo asegurara que la mesa de diálogo con Cataluña es «la única manera de encontrar una salida» en el marco constitucional y ha confirmado que se convocará en julio. La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, le ha preguntado «a qué precio».
Según ha indicado García-Page en una visita a las instalaciones de la empresa Mediapost en la localidad toledana de Yeles, si se trata de España, «hablamos todos». «De España no van a hablar cuatro por mucho poder que tengan. Si no lo tenían claro antes del virus, tendrían que haberlo aprendido».
Con todo, espera que «el ruido no prevalezca» después de 14 semanas en las que no ha oído a los presidentes vasco y catalán, Íñigo Urkullu y Quim Torra, pronunciar la palabra ‘nación’.