El presidente de la Diputación provincial, José Manuel Caballero, ha hecho entrega a la Policía Nacional de 14 desfibriladores automáticos destinados a la comisaría provincial de la Policía Nacional, a las comisarías locales de Puertollano, Alcázar de San Juan y Valdepeñas y al Centro de Seguridad Integral de Tomelloso, avanzando así en el objetivo de hacer de Ciudad Real una provincia cardioprotegida.
Al acto de entrega de estos nuevos aparatos, que se suman a los 5 que la Diputación donó el pasado año, han asistido la subdelegada del Gobierno en Ciudad Real, María de los Ángeles Herreros; la alcaldesa de la capital, Pilar Zamora; el vicepresidente cuarto de la Diputación, David Triguero; el comisario jefe provincial, Alberto Camacho y el médico jefe de la Unidad Regional de Sanidad, Leopoldo Martín Paramio.
Caballero ha puesto de manifiesto que Ciudad Real es pionera porque es la única comisaría provincial de España en la que los vehículos policiales van a estar dotados de un desfibrilador para atender las urgencias que puedan producirse y se ha mostrado orgulloso de poder disponer de los recursos económicos para adquirir estos 14 nuevos aparatos y agradecido por la buena disposición del cuerpo de Policía Nacional, “por su actitud y su compromiso, que va más allá de lo obligado, pues no tienen obligación de prestar este servicio añadido”.
Ciudad Real es, por tanto, una provincia cardioprotegida, ya que hasta los pueblos más pequeños cuentan, gracias al empeño de la Diputación, con un desfibrilador. Caballero ha recordado al respecto que, si en España hay un desfibrilador por cada 5.000 habitantes, en la provincia tenemos uno por cada 2.200 habitantes y ha asegurado que su objetivo es que a lo largo de la legislatura haya un desfibrilador por cada 1.000 habitantes. Así, Caballero se ha comprometido a seguir multiplicando la adquisición de estos aparatos salvavidas, dotando de ellos durante el próximo año a la Guardia Civil y al SCIS, así como a otras entidades e instituciones. “Nuestro objetivo es garantizar que hay seguridad plena y que podemos salvar vidas”, ha dicho.
Por otra parte, Caballero ha recordado la importancia de la inmediatez en la utilización del desfibrilador, pues si se interviene en los cinco primeros minutos desde que se produce un paro cardiaco hay muchas garantías de salvar esa vida, sin embargo, si la actuación se produce después se reduce muchísimo esta posibilidad. Por eso es tan importante que los vehículos de la Policía Nacional, que están en las calles de la ciudad las 24 horas del día, puedan atender con inmediatez absoluta las situaciones que a este respecto puedan producirse.
El presidente de la Diputación ha indicado, asimismo, que la provincia es referencia a nivel nacional y ha expresado su deseo de que esta medida se extienda al resto de España, “porque ahora estamos todos metidos con lo urgente, que es el COVID, pero lo importante sigue existiendo y siguen produciéndose paros cardiacos en nuestro país cada 20 minutos”. Ante esa incidencia de infartos y paros cardiacos, los desfibriladores constituyen un material esencial para salvar vidas.
“Nos sentimos identificados con la Policía nacional y lo decimos de corazón, con el sentimiento de que protegen nuestra vida”, ha añadido, recordando que si hasta ahora lo hacían con los instrumentos con los que estaba dotados sus vehículos, a partir de ahora contarán con un instrumento más para ayudar a mantener la vida de aquellos que atraviesen situaciones como una parada cardiaca o un infarto.
El comisario jefe provincial ha destacado la importancia de que los coches de la policía, que patrullan las ciudades mañana, tarde y noche, cuenten con desfibriladores que pueden salvar vidas, pues suele ser la Policía Nacional la primera que se persona y asiste a los ciudadanos ante un requerimiento.
Por su parte, el médico jefe de la Unidad Regional de Sanidad, ha adelantado que para que este servicio se de a los ciudadanos con la mayor calidad los policías recibirán formación de la mano de la Unidad Regional, que va a ser considerada entidad formadora y que tendrá su sede en Toledo y que contará con dos doctores en Medicina y cuatro enfermeros, todos ellos formados en emergencias y urgencias.