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sábado, 21 diciembre
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Acusado de violar a una amiga en Argamasilla responde que la denuncia fue una venganza por no prestarle dinero

Ha negado punto por punto lo narrado por la presunta víctima sobre lo ocurrido

El acusado de agredir sexualmente a una amiga que previamente había ido a visitarle a su vivienda de Argamasilla de Alba para pedirle dinero ha asegurado que la relación fue consentida y considera la denuncia una venganza por no prestarle tal dinero.

Así lo ha manifestado este miércoles durante la vista que ha tenido lugar la Audiencia Provincial de Ciudad Real en la que ha negado punto por punto lo narrado por la presunta víctima sobre lo ocurrido y dicho durante el episodio que le ha llevado a estar en el banquillo de los acusados.

Ha explicado que no mantenían una relación sentimental, que solo eran amigos, mantenían relaciones sexuales y que estas fueron siempre consentidas. A ello ha añadido que el día de los hechos que se están enjuiciando ella no se negó a tener relaciones, sino que fue la que la propuso y tuvo una «papel activo». «Siempre hacíamos lo que ella decía», ha insistido una y otra vez.

Ha negado que la retuviera en su casa por la fuerza y que tras tener relaciones ella le pidió cien euros y él le dijo que no los tenía.

Ha confesado no entender la razón por la cual le denunció y porque al día siguiente cuando salió de declarar tenía una llamada perdida de ella en el móvil. Algo que le ha hecho concluir que sería para chantajearle.

«SE PUSO AGRESIVO, NERVIOSO Y MACHISTA»

Por su parte la presunta víctima ha insistido una y otra vez que el acusado se pudo «agresivo, nervioso y machista». Ha confesado que habían tenido varias relaciones sexuales anteriores desde que se conocieran hace varios años a través de su marido, pero siempre consentidas.

Este no fue el caso de la ocasión que ha sido motivo del juicio. «Llegue a su casa a que me dejara dinero, como ya había hecho alguna vez anteriormente y él quería hacer algo y yo no», ha insistido.

Le dijo en varias ocasiones que no quería tener relaciones con él y que «empezó aponerse un poco tonto» y comenzaron a forcejear. «No me acuerdo bien, se puso un poco tipo machista, que en su casa hacia lo que quería» y que ella le contesto que en España la palabra de la mujer valía más.

Ha indicado que intentó irse pero que no se lo permitió y que la amenazó con matarla, momento en el que cedió «por las maneras que se puso». «Yo ya no controlaba mis actos porque estaba muy nerviosa», ha confesado.

Según ha relatado, cuando logró lo que quería la dejó marchar y se puso tan nerviosa que se fue directamente a denunciarlo. Además, ha añadido que no le debe dinero alguno, ya que los préstamos anteriores ya se los devolvió, que él la llamaba continuamente para que fuera a su casa y que no quiere indemnización alguna.

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AGRESIÓN SEXUAL CON AGRAVANTE DE GÉNERO

Por otro lado tanto la Fiscal como la abogada de la defensa han mantenido su calificación de los hechos.

La fiscal ha considerado que ha quedado acreditado los hechos, tal y como se reflejan en su escrito de acusación provisional, manteniendo su petición de 10 años de prisión por un delito de agresión sexual con acceso carnal por vía bucal, con el agravante de género.

Ha calificado la declaración de la presunta víctima como creíble, sin contradicciones en las diferentes declaraciones que ha tenido que realizar durante el proceso judicial y persistente en el tiempo. «No ha podido ser más concreta tanto en lo que la beneficiaba como en lo que la perjudicaba», ha añadido.

Según ha continuado, lo narrado por ella viene acreditado en una prueba periférica, la erosión de su muñeca que los forenses han manifestado que podría estar causada por una uña.

Por su parte, el procesado, para la fiscal, ha incurrido en múltiples contradicciones en las diferentes declaraciones.

Respecto a la agravante de género ha considerado que queda demostrada en afirmaciones del acusado como «tú de aquí no te vas, tienes que hacer lo que yo diga porque esta es mi casa», «No empieces a ponerme nervioso, ¿qué quieres que te mate?» o «En mi casa hago lo que quiero», pese a que ésta se opuso a sus pretensiones y le manifestó: «yo no quiero hacer nada, aquí en España la mujer tiene más palabra, si digo no, es no».

Ha justificado que pide 10 años por entender que la gravedad de los hechos así lo exige ya que hay un uso de fuerza y la violencia, además de intimidación. A esto se añade que la presunta víctima tenía cierta confianza con el acusado.

Además de la pena de prisión el Ministerio Fiscal también solicita las prohibiciones de comunicarse por cualquier medio y de aproximarse a distancia inferior a 200 metros de su persona, domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro lugar en que se encuentre esta persona durante 15 años.

También pide cinco años de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad, concretada en la prohibición de que el acusado se comunique por cualquier medio y de que se aproxime a distancia inferior a 200 metros de su persona, domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro lugar en que se encuentre esta persona, así como la obligación de participar en programas formativos de educación sexual.

LIBRE ABSOLUCIÓN

La defensa, por el contrario se ha mantenido en su petición de la libre absolución de su defendido ya que considera que no ha quedado acreditada la falta de consentimiento o que haya existido algún tipo de violencia.

Lo que sí se ha probado para esta parte, es la mujer mantiene una «actitud activa» ante la relación. «No se deja hacer, es ella la que toma la iniciativa. En todas las ocasiones no se niega, es ella la que sugiere qué se hace», ha explicado.

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