Los datos que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está publicando sobre el consumo semanal de los hogares demuestran que hay un relativo cambio de hábitos, y uno de ellos es el incremento de consumo del aceite de oliva en algo más del 25,5 % en el último mes con respecto al mismo periodo de 2019, un incremento que, lejos de beneficiar al sector, se queda por el camino.
A ello le unimos que la Agencia de Información y Control Alimentario afirma que hay menos aceite de oliva en España, descenso que se suma a la menor producción mundial, del 3 %. Si a estos datos le unimos la comercialización estimada superior a las 135.000 toneladas en el mes de marzo frente a las 113.000 de febrero, representa un incremento importante del 18,5 por ciento. Pero no solo eso, si hay unas existencias de 1.186.799 toneladas y el incremento del consumo es del citado 25,5 %, motivado por la mayor compra en los domicilios ante la pandemia de la Covid-19, se podría hablar de una campaña récord en cuanto a ventas de aceite.
Una vez más, desde la UPA de Castilla-La Mancha se exige una escrupulosa vigilancia de la ley de Cadena Alimentaria y, sobre todo, de los precios; porque no es de recibo que los costes de producción se mantengan en 2,7 euros mientras que el precio de origen sigue estancado en 2,2 euros, “eso si llegas”, afirman desde UPA; cuando el comportamiento comercial es mucho mejor. “Es el momento de seguir reivindicando, ahora que contamos con el apoyo de los consumidores, su apoyo y complicidad a la hora de comprar en cooperativas y comercios pequeños. No queremos que esa diferencia de precio se quede en manos intermediarias”, denuncian desde la organización agraria.
En UPA ahondan: «Los datos son importantes. Muestran que hay menos producción y aumentan las salidas, mientras los precios en origen siguen siendo de ruina, cuando llegan a alcanzar algo más de dos euros”. Por ello insisten que “no sobra aceite, sobran especuladores».
UPA Castilla-La Mancha sigue reclamando a las administraciones medidas estructurales para un problema que el sector arrastra muchos años, perjudicando siempre al primer eslabón de la cadena, los agricultores, quienes en una etapa tan complicada como la actual están demostrando su solidaridad, responsabilidad y conciencia con la sociedad en la que desarrollan su trabajo.