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lunes, 23 diciembre
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Una científica obtiene un contrato para investigar en el Hospital de Parapléjicos

Es la primera vez en casi dos décadas, desde la primera convocatoria en 2001, que el Sescam consigue este contrato

La doctora Juliana M. Rosa ha obtenido un contrato del programa Ramón y Cajal de la Agencia Estatal de Investigación, que destaca a jóvenes científicos por su trayectoria excelente, para investigar en el Hospital Nacional de Parapléjicos, centro gestionado por el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).

Es la primera vez en casi dos décadas, desde la primera convocatoria en 2001, que el Sescam consigue este contrato. La doctora Rosa se incorporó a la Unidad de Investigación del Hospital Nacional de Parapléjicos en 2019 por la concesión de un contrato para investigadores de excelencia financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC) mediante el programa Marie Sklodowska-Curie, ha informado la Junta en un comunicado.

La doctora Rosa tiene una destacable trayectoria científica en centros de prestigio internacional, como la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y la Universidad de Berkeley en California (Estados Unidos). Es especialista en el estudio de los mecanismos sinápticos que estructuran la comunicación entre neuronas y la organización de circuitos neuronales. Como resultado de su trabajo ha publicado en revistas científicas de alto impacto en el campo de la neurociencia, como Neuron, Current Biology y Journal of Neuroscience.

La incorporación de la doctora Juliana M. Rosa cumple con los objetivos principales de la nueva Ley de Investigación de Castilla-La Mancha, que promueve la incorporación y retención de talento, y en particular de la mujer en ciencia. Desde su llegada en 2019 a la Unidad de Investigación del Hospital Nacional de Parapléjicos, Juliana M. Rosa desarrolla todo su potencial investigador, liderando una novedosa línea de investigación sobre los efectos que una lesión medular provoca en los diferentes tipos de neuronas y las células de la glía (en particular los astrocitos) en el cerebro.

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Según ha explicado Juliana M. Rosa, «la lesión medular afecta dos sistemas en el eje cerebro-médula: el sistema motor, que está relacionado con la locomoción, y el sistema sensorial, que está relacionado con la percepción de sensaciones corporales como el tacto, temperatura, el dolor y la propiocepción».

Estos dos sistemas, ha apuntado, están en recíproca comunicación en el cerebro, «y son cruciales para que iniciemos una respuesta motora ante los estímulos de los sentidos, o por ejemplo, controlar algunas sensaciones como el dolor».

«Durante la última década hemos sido capaces de identificar algunos de los cambios en la actividad del cerebro que tienen lugar tras la lesión medular que podrían estar relacionados tanto con favorecer la recuperación de funciones en los pacientes, o con patologías asociadas como es el dolor neuropático y el miembro fantasma», ha señalado la doctora Rosa.

Ahora, el objetivo a corto plazo es determinar el «cómo» y «cuándo» ocurren estos cambios neuronales para poder actuar sobre ellos. «Por lo tanto, nos proponemos el objetivo de poder dirigir los cambios neuronales para mejorar las funciones normales y reducir los efectos de las patologías asociadas a la lesión medular, lo cual podremos desarrollar aplicando técnicas para la manipulación precisa de los diferentes tipos celulares del cerebro».

En este sentido, a largo plazo su trabajo tiene el gran objetivo de poder desarrollar estrategias terapéuticas que ayuden a restaurar la función del cerebro y facilitar la conexión con la médula. La científica afirma que los resultados de esta investigación podrían ayudar a largo plazo a identificar futuras dianas terapéuticas, que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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