La mayoría de los rastreadores militares que llegarán a Castilla-La Mancha a partir del 5 de octubre -se incorporarán 120- centrarán sus labores de rastreo de casos de coronavirus y sus contactos en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Guadalajara, donde la incidencia acumulada es mayor.
Así lo ha puesto de manifiesto en rueda de prensa el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, donde ha informado de los acuerdos aprobados este martes por el Consejo de Gobierno.
Según ha explicado, el Gobierno de Castilla-La Mancha está intentando que los rastreadores se dediquen más a aquellos lugares donde la incidencia acumulada es mayor.