El Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado un plan de inspección específico para centros residenciales durante el estado de alarma. Este plan de inspección va a incrementar en un 26 por ciento las inspecciones en residencias con relación al mismo periodo del año pasado.
El objetivo fundamental de este plan de inspección «es velar por la calidad y la protección en los centros residenciales públicos y privados», según ha anunciado la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, en rueda de prensa junto al vicepresidente del Gobierno, José Luis Martínez Guijarro.
De este modo, el Gobierno castellanomanchego va a poner en marcha un plan con 50 inspecciones en la primera fase que van a realizar 21 inspectores e inspectoras de la región, cuatro en cada una de las provincias y cinco en la provincia de Toledo.
Esta primera fase va a constituir la base para poder auditar y mejorar el modelo de atención en los centros residenciales, tal y como anunció en su día el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
La consejera ha explicado que la finalidad fundamental de este plan de inspección es verificar y controlar que se cumplen todos los protocolos de actuación derivados de la propagación de la pandemia del COVID-19.
El plan de inspección, según ha señalado, va a supervisar los recursos humanos que estén disponibles en atención directa en los centros residenciales, así como las condiciones higiénicas de las infraestructuras y la alimentación de los residentes.
Asimismo, supervisará el cumplimiento de los derechos y deberes de los residentes dentro de los centros y sobre todo teniendo en cuenta la normativa en este momento del estado de alarma. También se registrará si han existido intervenciones debidas a la COVID-19 y traslados de residentes de unos centros a otros.
Registrará también la organización y distribución de los espacios del centro, supervisará la disponibilidad y el cumplimiento de los planes de actuación y va a asesorar a los centros cuando tengan que toman medidas para mejorar el bienestar de los usuarios. Igualmente, se supervisará la información y el cumplimiento de los procedimientos del COVID-19.
INSPECCIONES EN EL AÑO 2019
En 2019 se realizaron un total de 1.189 inspecciones en parte de la totalidad de los centros que hay en Castilla-La Mancha. En la región hay 379 residencias de mayores, 155 viviendas de mayores, 131 centros de atención a personas con discapacidad y 72 recursos residenciales de menores.
De estas 1.189 inspecciones que se realizaron en el pasado año, 895 fueron en residencias de mayores, de las cuales 169 fueron en Albacete, 250 en Ciudad Real, 99 en Cuenca, 86 en Guadalajara y 291 en Toledo.
Durante su intervención, Aurelia Sánchez ha querido romper una lanza por el «trabajo cercano y el esfuerzo» que se está haciendo por parte de todos los profesionales en las residencias de mayores. «Nadie esperábamos esta pandemia», ha enfatizado.
Ha asegurado que las residencias «han llorado de dolor y siguen haciéndolo ahora» por el trabajo, por el esfuerzo y por las despedidas a veces solitarias que tienen que hacer de las personas mayores.
«Las residencias son los hogares de las personas mayores», ha afirmado la consejera, quien ha admitido que esta pandemia quizás «nos haga repensar también el modelo de residencias, no cambiarlo totalmente, pero sí adaptarlo» porque las residencias de hoy no son como las de hace 30 años ni posiblemente serán como las del futuro.
Pero en general, ha defendido, el trabajo que se está haciendo en estos centros es un trabajo «impecable», profesional y cercano a las personas mayores. «Si en algún centro ha podido haber mala praxis pues tendrán que responder de las consecuencias que eso puede traer consigo», ha avisado la consejera de Bienestar Social.