La tecnología está cambiando profundamente la manera en que producimos y consumimos. Es necesario que los modelos de negocio de las empresas tengan en cuenta estos rápidos cambios y sean capaces de adaptarse para poder mantener e incrementar su actividad.
La economía digital impulsa el crecimiento y el empleo de calidad, además de mejorar la productividad e impulsar la internacionalización y el crecimiento de la dimensión empresarial. Las grandes empresas españolas son ya parte activa de este proceso de digitalización que, en muchos casos, lideran a nivel internacional. Pero la clave está en implicar también a las pymes que suponen más del 99% de nuestro tejido productivo. Las pequeñas y medianas empresas deben entender que la digitalización no es una opción sino una condición esencial para asegurar su supervivencia.
El cliente exige una relación clara, veloz, ubicua, eficaz, personalizada, consistente, transparente, confiable, segura y recíproca, donde se sienta escuchado y comprendido. Una pyme digitalizada puede adaptarse a este nuevo cliente haciendo uso de la tecnología. Por tanto, la digitalización es una oportunidad para reorientar los modelos de gestión y de generación de valor para ganar la atención, la confianza y crear una vinculación con el nuevo consumidor digital.
Las Cámaras de Comercio hemos de constituirnos en agentes del cambio, del progreso y la modernización del país a través de la internacionalización de las empresas, es decir, su adaptación a la globalización, y a través de la innovación, la transferencia tecnológica y la transformación digital del tejido productivo. Por esa razón, desde la Cámara de Comercio de España se ha lanzado la Estrategia España Empresa Digital, en la que la Cámara de Ciudad Real va a jugar un papel protagonista. El objetivo es impulsar la transformación digital de nuestro tejido productivo, particularmente de las pymes.
Esta Estrategia se compone de tres instrumentos:
El primero es el informe “La digitalización como palanca de competitividad de la pyme”, que constituye un pormenorizado análisis del entorno digital y contiene una batería de casi 50 medidas concretas para impulsar el proceso de digitalización de las pymes españolas.
En este trabajo se trata de aclarar, ordenar y, me atrevería a decir, desmitificar las actuaciones que las pymes deben considerar en el ámbito de su propia digitalización para asumir el desafío y ser competitivas. Les puede ayudar a entender los beneficios del cambio y, en sentido contrario, los riesgos de no abordarlo.
El segundo es la guía básica para la transformación de la pyme, un documento ejecutivo que incluye el catálogo de medidas que las pymes deben analizar y en su caso abordar para adaptarse a un entorno de proveedores y clientes que ya está profundamente digitalizado y que demanda los servicios de otra manera.
El tercer elemento de la estrategia es la web, empresadigital.camara.es, que incluye, además de toda la información ya mencionada, un completo catálogo de ayudas y herramientas disponibles para la digitalización, tanto de ámbito nacional como autonómico.
Entre estas ayudas figuran de manera destacada las que se ofrecen desde las cámaras de comercio, como el programa TicCámaras, que pone a disposición de a las pymes diagnósticos personalizados, soluciones tecnológicas a aplicar adaptadas a cada empresa y ayudas económicas con cargo a fondos europeos FEDER. La Cámara de Ciudad Real está firmemente comprometida en esta tarea. Pero, como en cualquier reto de alcance, para alcanzar el éxito hace falta la determinación y coordinación conjunta de los poderes públicos y el sector privado.