Los cuadros quemados y la ambulancia digital

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Los cuadros quemados y la ambulancia digital

En términos de comunicación nada podrá superar a la imagen. No sabemos si los habitantes de las cuevas de Altamira tenían algún tipo de lenguaje pero si sabemos lo que se le pasaba por la cabeza a su más famosa o famoso artista cuando se le ocurrió «grafitear» la roca representando esos animales que le sorprendían y daban subsistencia.

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Gracias a pinturas y dibujos conocemos también costumbres, historia y mitos de culturas remotas en los mapas y en el tiempo. Pero si algo revolucionó la relación del hombre con la imagen, eso ha sido la fotografía, un invento humano desarrollado a mediados del siglo XIX que fue evolucionando a velocidad exponencial hasta alcanzar en nuestros días un rol sociológico complejo por su uso dentro de las redes sociales.

Uno de los pioneros de la fotografía en La Mancha fue Juan José Muñoz que allí por 1859 abría las puertas de su galería en Ciudad Real, y también ejercía su profesión por la zona en un servicio al que se le llamaba ¨ambulancia¨ donde viajaba con la cámara al hombro y todo un equipo de revelado portátil. En aquellos tiempos la cosa era cuestión de complicados pasos de laboratorio que convertían al fotógrafo en artista, científico y artesano, como bien lo recoge el libro «Muñoz-Cien Años de Fotografía» (J.Carrión -Ed.Soubriet – año 2000).

Al presente las cosas han cambiado en cuanto a tecnología, los químicos han sido reemplazados por pixeles y el papel por una pantalla, sin embargo la necesidad de la gente por confiar su memoria en una imagen sigue siendo la misma, por ello hoy quiero reflexionar sobre la importancia de la fotografía en el arte y la memoria con un ejemplo concreto, las fotografías realizadas Javier Carrión Muñoz (descendiente directo de Juan José Muñoz) para el último catálogo de pinturas de Caroline Culubret, «ARTE Y VIDA» editado con motivo de la exposición en el Museo de Arte Contemporáneo Infanta Elena de la Cooperativa Virgen de Las Viñas. Preste usted mucha atención a estas cinco obras de arte.

Los cuadros quemados y la ambulancia digital

MAHILA, 2014. Contemplar la belleza contenida en una imagen es más que un pasatiempo, también sirve para reparar los sentidos castigados por el estrés diario.

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EL SUEÑO, 2012. El laberinto es el lugar de la mente donde se entrelazan todas las historias.

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¿DÓNDE VAS A IR SI NO SABES?, 2009. La pureza de la niñez es liberadora.

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HIPATIA, 2010. Oro y sabiduría.

 

Son bellas ¿Verdad? Pues si aún no ha visitado la muestra voy a hacer spoiler y advertirle que estas obras ya no existen más tal cual como termina de verlas. Todas estas obras fueron dañadas irreversiblemente en un fatídico incendio registrado en el 2018, en la galería de Málaga donde se estaban exponiendo, sin embargo gracias a la fotografía siguen vivas y hermosas regalándonos ese pequeño oasis para el alma que se llama arte. La imagen es memoria. La memoria es cultura.

Recuerde que hasta el 28 de Julio se puede disfrutar de la muestra ARTE Y VIDA de CAROLINE CULUBRET en el MUSEO DE ARTE MODERNO INFANTA ELENA de la Cooperativa Virgen de las Viñas – Crta, Argamasilla de Alba, nº1, 13.700, Tomelloso (Ciudad Real). HORARIOS: Sábado 17:00 a 19:00 horas // Domingo de 12:00 a 14:00 horas




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