Durante los pasados días de fiesta, Pedro Rodrigo, seguramente, más conocido como Pedro «Royse», coleccionista y restaurador de tractores antiguos o clásicos, salió a dar una vuelta con uno de los tantos que tiene, y como siempre, fue centro de atención. Todo el mundo miraba, e incluso fotografiaba, el flamante vehículo agrícola de color naranja.
Aquí durante una parada, un grupo de mayores, que seguro, han trabajado muchos años con un tractor como este, o parecido, no pudieron evitarlo, y cayeron en la tentación de revisarlo de arriba abajo, tocaron ruedas, volante y se asomaron al motor para repasarlo al milímetro.
Seguro que tuvieron para una larga conversación con cientos de recuerdos. Y auguro que alguna fue del frío y calor que deberían pasar en él, durante las faenas, pues como ven, no tenía cabina.