Hace 4 años, Fran Vila llegaba a Tomelloso con una nueva idea en mente: abrir un centro de yoga, pilates y masajes que sirviera para ayudar a las personas. Con los años, se fueron uniendo a su trabajo compañeras como Flor, Ana o Ascensión, a quienes abrió sus puertas. «Empezamos a formarnos como monitores de yoga», nos aclaraba Ascensión Palacios, quien además se formó complementariamente en psicomotricidad.
Sus miembros se han formado en distintas disciplinas, e incluso se han federado en la Real Federación Española de las Artes Marciales (que es la que da cobertura a la disciplina del yoga), según relatan, en su afán por ofrecer lo mejor y enseñar, aportar y ayudar a crecer. Así, han hecho talleres para niños con diferentes capacidades, como pilates o yoga, además de para los padres, figuras claves a las que pretenden llegar.
Según nos contaba Ascensión, habitualmente ven una realidad que se repite constantemente: los padres, cuando dejan a sus hijos en los centros, acostumbran a abandonar el recinto rápidamente, sin disfrutar de los niños. Por ello, este grupo de personas, junto con otros compañeros, crearon el pasado mes de abril la Asociación Benéfico-Cultural ‘De Oruga a Mariposa Esteban Vila’ para combatir esta situación.
Todo ello, con el objetivo de llegar hasta una meta en la que están trabajando: una granja escuela para personas con capacidades diferentes, un lugar disponible durante el día y la noche y donde hayan actividades como gimnasia, yoga o jardinería. Con la intención de que sea un lugar dinámico y divertido, donde se puedan hacer actividades durante todo el día, la idea es unir a niños, adultos y mayores para que convivan y aprendan unos de otros.
QUE LOS PADRES DISFRUTEN DE SUS HIJOS
De esta forma, los padres que trabajen por las tardes y encuentren dificultades para el cuidado de sus hijos -ya que muchos centros tienen horarios que nos son compatibles con los de los padres-, pueden dejar a sus hijos en el centro. Sin embargo, la idea principal es que los padres puedan acompañar a sus hijos en las actividades que realizan, para poder disfrutar de ellos.
Por otro lado, hay otro nicho poblacional al que buscan ayudar con esta iniciativa, y son las personas de 50-60 años, invitándolos a participar y que se sientan realizados haciendo actividades específicas pensadas para ellos. También se invita a que estas personas acudan al centro para convivir con los niños, uniendo la sabiduría de mayores con la inocencia de los más pequeños.
Hasta ahora, el centro había trabajado en Tomelloso, Argamasilla de Alba y Alcázar de San Juan a través de talleres para niños, como psicomotricidad, pequeyoga, motricidad fina, pintacaras, cuentacuentos, con música o talleres de movimiento y expresión cultural. Ahora, buscan hacerse cada vez más conocidos y extender sus actividades a otras localidades.
Por su parte, Fran Vila ha recalcado que todos los miembros colaboran sin ánimo de lucro, puesto que buscan ayudar a los niños y a los mayores. Por ello, Flor, Fran, Laura, Ana, Ascensión, Dolo, Rosa, Isabel, Rubén y María Isabel quieren unir sus fuerzas para ayudar a crecer a los niños y a la juventud, ofreciéndoles un semillero en lugar de una tablet, además de invitar a las personas mayores para que luchen contra el sentimiento de soledad con la compañía de los niños.