Un millar de personas, entre las que se encontraban familiares y numerosas autoridades, han abarrotado este lunes la catedral de Ciudad Real para mostrar sus respetos y despedir a quien fuera obispo de Ciudad Real durante 23 años, el obispo –actualmente emérito– Rafael Torija que falleció el domingo a los 91 años de edad.
La misa exequial ha estado presidida por el obispo de Ciudad Real, Monseñor Geraldo Melgar, quien ha destacado que fue un obispo cercano a todos, una persona sencilla cuyo recuerdo será imborrable y que, a lo largo de su extensa vida, ayudó a lo largo de su vida a muchas personas a prepararse y pensar con fe y esperanza en el momento de la muerte.
Melgar ha estado acompañado, además de numerosos sacerdotes de la Diócesis de Ciudad Real, por el obispo emérito de Ciudad Real, Antonio Algora Hernando; el obispo de Guadalajara, Atilano Rodríguez Martínez; el obispo emérito de Albacete, Ciriaco Benavente Mateo; y el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza; además del Colegio de Consultores y el Cabildo de la Catedral.
INSIGNIAS EPISCOPALES
Sobre el féretro se podían ver varias insignias episcopales como la casulla, la mitra, el báculo y el evangeliario que han colocado el vicario general, Tomás Villar; el presidente del Cabildo, Bernardo Torres; el secretario del Colegio de Consultores, José Luis Jiménez; y el secretario del Colegio de Arciprestes, José Carlos Redondo.
La celebración elegida ha sido la forma típica de las exequias sin canto y acompañado de la Coral Diocesana, compuesta por jóvenes de todos los pueblos de la diócesis, y por seminaristas, tanto del Seminario Mayor como del Seminario Menor.
Después de la oración y las lecturas de despedida por dos de sus sobrinos, el obispo se ha acercado hasta el féretro acompañado por el diácono, los acólitos y el maestro de ceremonias de la Catedral para asperjar con agua bendita e incensar los restos mortales como corresponde a las exequias cristianas en las que se da el último adiós al cuerpo del difunto. Tras ello, y una vez que se ha procedido a la inhumación del féretro en el hueco provisto a los pies del altar.
ASISTENTES
A la misa han asistido la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, así como varios concejales de distintos grupos municipales del Consistorio capitalino; el presidente de la Diputación, José Manuel Caballero; los diputados nacionales José María Barreda y Carmen Quintanilla; la delegada de la Junta de Castilla-La Mancha, Carmen Teresa Olmedo; el portavoz del PP en las Cortes regionales, Francisco Cañizares; la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco Jiménez; o los senadores del PP Carlos Cotillas y Miguel Ángel Valverde.
Asimismo, han asistido el presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares, Pedro de Borbón-Dos Sicilias; el subdelegado de Defensa, el coronel Juan del Hierro; el comisario provincial Cuerpo Nacional de Policía, Miguel Rufino Méndez; el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real, coronel Humberto Urruchi; el jefe del Subsector de Tráfico, el capitán Pedro Puerta; el jefe de Policía Local, Fernando Díaz Rolando; y el comandante Jesús Torres de la Base de Almagro, entre otros.
PÉSAME DEL PAPA
El secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, en nombre del papa Francisco, ha enviado al actual obispo, Gerardo Melgar, un escrito de pésame con motivo del fallecimiento del obispo emérito, que ha llegado minutos antes del comienzo de la misa exequial.
En él, según ha informado la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación, el Papa expresa su «sentido pésame» a los familiares y fieles diocesanos del difunto prelado, ofrece «sufragios» por su eterno descanso, y les otorga con afecto «la confortadora bendición apostólica, como signo de fe y esperanza en el señor resucitado».