El 33,5% de la población residente en Castilla-La Mancha estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2018, dato que refleja una bajada del 0,4% con respecto al año anterior, según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La tasa de riesgo de pobreza o exclusión social AROPE (por sus siglas en inglés) se creó en 2010 para medir la pobreza relativa en Europa ampliando el concepto de la tasa de riesgo de pobreza, que solo contempla los ingresos. Así, tiene en cuenta tres variables: la población en riesgo de pobreza, con carencia material o con baja intensidad en el empleo.
Mientras, la renta media por hogar en el año anterior a la estadísticas se situó en los 24.401 euros en la región, lo que supone un aumento de 1.242 euros respecto al año 2017, cuando este dato se situó en 23.159 euros. Por su parte, la renta media por hogar con alquiler imputado alcanzó los 28.258, mientras que en 2017 era de 27.055 euros.
En cuanto a la dificultad para llegar a fin de mes, en el momento de realizar la encuesta el 9,19% de los hogares reconocían tener mucha dificultad para hacerlo, frente al 9,89% del año 2017; el 13,5% de las casas afirmaban llegar con dificultad, en contraposición al 20,5% del año anterior; y el 28,29% declaraba tener cierta dificultad para llegar a fin de mes, frente al 27,1% de 2017.
Mientras, el 37,79% de las casas castellano-manchegas manifestaban llegar a fin de mes con cierta facilidad, frente al 30,2% del año anterior; el 10,6% llega a final de mes con facilidad, mientras que en 2017 era el 12,1%; y el 0,6% de los hogares de la región declaraban tener mucha facilidad, mientras que en 2017 este grupo se quedaba en el 0,2%.
Por su parte, el 40,8% de los hogares de Castilla-La Mancha no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos, lo que implica un descenso del 0,9% respecto al año anterior. Además, el 38,8% de los hogares no se podía permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, un 0,7% menos que en el pasado 2017.
De otro lado, el 14,69% de los hogares de la Comunidad Autónoma no pueden permitirse mantener su vivienda con una temperatura adecuada, un dato que supone una subida del 2,09% frente a 2017, cuando fue del 12,6%. Los hogares que tuvieron problemas con el pago de su vivienda fueron el 7,09%, mientras que en 2017 el dato fue del 4,3%; y los que no podían permitirse comer carne o pescado cada dos días en 2018 fueron llegaron al 3,7%, mientras que el año anterior fue del 4,59%.
DATOS NACIONALES
A nivel nacional, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social bajó 0,5 puntos en 2018, hasta el 26,1%, por lo que se sitúa en la tasa más baja desde 2010.
De este modo, la encuesta de este año se situó en el 26,1% de la población residente en España, frente al 26,6% registrado el año anterior, un descenso que obedece a la baja intensidad en el empleo, que se redujo del 12,8% al 10,7% así como al riesgo de pobreza, que pasó del 21,6% al 21,5%, mientras que la carencia material severa subió del 5,1% al 5,4%.
El histórico de la población en riesgo de pobreza y exclusión social (tasa AROPE) revela que en 2018 el porcentaje fue del 26,1%; en 2017 de 26,6%; en 2016, de 27,9%; en 2015, de 28,6%; en 2014, en el 29,2%; en 2013 de 27,3%; en 2012 de 27,2%; en 2011, de 26,7%; en 2010, de 26,1%; en 2009, de 24,7%; en 2008, de 23,8%.
Mientras, los datos estrictos relativos a la tasa de riesgo de pobreza revelan que el año pasado fue el más bajo desde 2013. Así, en 2018 fue del 21,5%; en 2017, del 21,6%; en 2016, del 22,3%; en 2015, del 22,1%; en 2014, del 22,2%; en 2013, del 20,4%; en 2012, del 20,8%; en 2011, del 20,6%; en 2010, en 20,7%; en 2009, en 20,4%; y en 2008 del 19,8%
Por grupos de edad, la tasa AROPE de 2018 bajó 0,5 puntos en las personas de 16 a 64 años y 2,2 puntos en los menores de 16. Por el contrario, subió 1,2 puntos en los mayores de 65.
De forma complementaria a la tasa AROPE se construye un indicador de intersección entre las poblaciones que se encuentran en cada una de las tres situaciones. Así, en 2018 (y con datos de renta de 2017), un 1,4% de la población estaba a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material severa y con baja intensidad en el empleo.