El candidato socialista a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, exigirá a sus consejeros «decencia, honestidad y compromiso rotundo con Castilla-La Mancha». «Castilla-La Mancha va por delante de los partidos y del gobierno, pero no va por delante de España», ha dicho el candidato en la parte final de su discurso en la primera sesión del debate de investidura que se celebra en las Cortes regionales.
En un discurso, que ha durado 125 minutos, García-Page ha asegurado que para que Castilla-La Mancha «vaya mejor todavía» el Gobierno necesita «a todo el mundo», especialmente a los empresarios y a los trabajadores.
«Cuando se han tomado malas decisiones lo ha pagado muy caro la gente, cuando se han tomado buenas decisiones lo ha agradecido mucho la gente, por eso el agradecimiento que yo he recibido en la última contienda electoral, sólo puedo devolverlo trabajando mucho más todavía y si es posible con más honestidad para mi y para el gobierno que intentaré formar los próximos días», ha agregado el candidato.
También, como responsable público, García-Page será «un colaborador con el país», con el Gobierno de España, «exigiendo lo que tenga que exigir para esta tierra», pero «ayudando a que esto funcione y ayudando a que en España nunca se salgan con la suya aquellos que no solo no creen en ella sino que no quieren que nosotros creamos», ha finalizado.