El cambio climático es un concepto que ya estamos muy familiarizados con él, grosso modo se podría decir que todo el mundo sabe porque se provoca y cuáles son sus efectos.
Para la gente de mi generación, la generación millennials (o así nos llaman) nos hemos criado con este problema, desde pequeños nos han enseñado a valorar los recursos finitos, y aprovecharlos al máximo y justamente vamos a ser nosotros los que vivamos en nuestras carnes las consecuencias de que sigamos arrojando CO2 a la atmósfera sin control.
Cada vez vemos más en la televisión los desastres provocados por la gota fría en zonas del Levante, episodios que antes ocurrían cada 3-4 años, ahora ocurren cada año, y si nos vamos al otro extremo, tenemos zonas como las Tablas de Daimiel, un ecosistema único, con una importante sequía, y es cierto que siempre hemos tenido sequía ¿Pero era tan frecuente?
Y no te critico a ti pequeño consumidor con un coche diésel, que cobra un salario modesto y que algunos grupos políticos quieren acribillarte a impuestos para que te compres un coche híbrido o eléctrico, los cuales pueden tener unas emisiones igual o más contaminantes que un diésel, porque que no expulses el CO2 en las ciudades no significa que no se expulse en otra zona de nuestro país o del mundo, todavía no somos autosuficientes energéticamente y una parte de la energía que compra nuestro país proviene de países como Marruecos que su forma de obtener energía es principalmente la quema de carbón.
Quizás malo sea negar un cambio climático, ya corroborado científicamente, pero más mezquino es aún apoyarlo y luego hacer todo lo contrario, un ejemplo es nuestro presidente en funciones Pedro Sánchez que en la cumbre del clima en Polonia se comprometió a la lucha climática, y mientras tanto se pasea en su Falcon por el territorio español, cuando podría hacerlo en AVE con menor impacto de emisiones y más barato; o políticas ultraconservacionistas, que sin fundamento técnico impiden el aprovechamiento maderero de nuestros montes abandonados, donde se ve que una gestión sostenible es beneficioso para nuestros pequeños pueblos proporcionando un beneficio económico a un sector forestal tan deprimido, y ambiental ya que permite una renovación de las masas, y que problemas tan serios como los incendios forestales, las plagas o las enfermedades, tengan una menor frecuencia e intensidad.
También tenemos personajes públicos que han cobrado gran relevancia como la sueca Greta Thunberg, que con una gran intención divulgadora de lucha contra el cambio climático intenta concienciar a los países, pero quizás de una manera mas sentimental que racional y, ¿quién sabe? Si influenciada por empresas que quieren sacar beneficio de sus acciones y palabras.
Porque sobre todo hay que ser racional antes que sentimental, en un mundo tan globalizado como el nuestro las variables que influyen son muchas, y Europa se está poniendo las pilas muestra es, la declaración por parte del Parlamento Europeo de emergencia climática, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 22% desde 1990, el aumento del consumo de energías renovables, el aumento de superficie de nuestros bosques o una PAC más “verde” haciéndonos referentes en la lucha contra el cambio climático y esa referencia es la que debemos trasladar al resto de países, de hecho Pablo Casado ha comunicado el firme compromiso del Partido Popular en esta lucha.
Debemos ir a un desarrollo sostenible, y aquí el consumidor tiene un gran papel, y es su elección la que puede ayudar contra esto de dos formas: La primera es eligiendo a sus dirigentes para que trabajen más por un futuro mejor con hechos y la segunda es mediante el consumo, la elección del consumidor en productos que no sean de usar y tirar, en fomentar la autosuficiencia energética de los edificios, apostar por los techos verdes y los jardines públicos, en fomentar el agua reutilizada para diferentes usos como regar, en seguir apostando por la agricultura de precisión, para que cada recurso sea aprovechado al máximo, y fomentar ecosistemas agrosilvopastorales como la dehesa, emblema de como se puede hacer una buena gestión económica y ambiental.
Se dice que “La Tierra no es la herencia de nuestros padres, sino el préstamo de nuestros hijos” conservarla es deber nuestro, ya hemos hecho esto con el agujero en la capa de ozono y la prohibición de los gases CFC, ¿no vamos a hacerlo ahora?