España está repleta de cientos de sociedades de diferentes sectores vinculados a la atención al público, como bares, restaurantes, peluquerías, etc. Todas ellos son investigadas por la Agencia Tributaria, un organismo constituido para velar, entre otras cosas, porque las empresas cumplan con la normativa vigente.
Existen factores que hacen que los miembros de la Agencia comiencen a sospechar de un indicio de fraude o de economía sumergida, como el hecho de que los cobros con tarjeta sean menores de lo habitual en la competencia o que, por el contrario, los pagos con dinero en efectivo sean superiores que el ocasional en el sector.
Y es que la Agencia recoge datos sobre las actividades de cada sector, por lo que si algún negocio registra una cantidad significativamente superior o inferior a otro negocio de su mismo ámbito, saltarán las alarmas sobre un posible fraude.
CAMPAÑA DE 2019
Por todo ello, y con el objetivo de evitar actividades empresariales fraudulentas, los inspectores de la Agencia Tributaria centrarán su campaña de 2019 en controlar, entre otras cuestiones:
• Las empresas inactivas.
• Las horas de entrada y salida de los trabajadores, para evitar que se hagan contratos por menos horas de las trabajadas.
• Las actividades económicas dentro del IRPF, especialmente respecto a los rendimientos obtenidos por viviendas turísticas y el abuso del uso del régimen de entidades sin fines lucrativos.
• El Registro de Operadores Intracomunitarios (ROI), y sobre las actividades económicas clasificadas como de alto riesgo.
• Los patrimonios elevados.
• El uso del doble software o programas de doble contabilidad, con la intención de evitar facturaciones irregulares.