La directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, la directora de escena mexicana Raquel Araujo y el hostelero propietario del bar ‘El Gordo’, Domingo Serrano, han recibido este domingo la ‘Berenjena de plata’ del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
Esta es la tercera edición de este galardón, un reconocimiento local, nacional e internacional por haber contribuido al brillo del festival.La iniciativa nació de la asociación de la Indicación Geográfica Protegida de la Berenjena de Almagro y el Festival de Teatro con la intención de hermanar los dos elementos que, junto al encaje, hacen famosa a esta localidad en España y en el mundo.
Y es que el festival, según ha informado en nota de prensa, quiere premiar a personalidades del mundo de la cultura y la vida pública, entre otros, que han hecho una labor importante por Almagro. Con este reconocimiento aceptan la misión de convertirse en embajadores del certamen y de la berenjena y de difundir y velar por el buen nombre del Festival de Almagro en el mundo.
A Domingo Serrano, «una institución en el municipio y su restaurante ‘El Gordo’ en la plaza es uno de los centros neurálgicos del festival y un termómetro de cómo está caminando todo», los organizadores quieren reconocer su esfuerzo y el de todo el sector hostelero «por acoger y por cuidar y hacer la estancia de los visitantes más agradable y conseguir que se vayan con una sensación satisfactoria de todo lo que han vivido en el festival».
Mientras, a Helena Pimenta la reconocen su «enorme generosidad con el festival». «La participación ha sido muy amplia, ha mostrado siempre un compromiso absoluto con el festival y con la defensa de la presencia de la compañía en la cita manchega como eje vertebrador de Almagro», han destacado desde el festival.
Por último, de Raquel Araujo «persona de una enorme sensibilidad con lo que significa el puente cultural entre España y México, encarna muchos de los valores de la sensibilidad que nos viene de allí y de la manera de ver el Siglo de Oro y del afecto que tienen a nuestros clásicos comunes».
