Hubo que esperar 85 minutos para ver el primer disparo entre los tres palos del Atlético Tomelloso. Y lo hizo un juvenil, Joaquín. Ese es el mejor resumen que se puede hacer de un partido insulso en el que la primera parte estuvo totalmente controlada por el equipo visitante y una segunda donde Buyo se convirtió en la figura del choque al evitar el gol local en hasta tres ocasiones.
Las numerosas bajas que arrastraba el equipo obligaron a Julián Espinosa a recomponer el equipo colocando a Luque en el lateral derecho y dando entrada a Elías después del partidazo que se marcó en Almagro. Pronto se puso el partido de cara para los intereses atléticos después de la expulsión del mancheguista Carlos Lucio por doble tarjeta amarilla. El banquillo local protestó pero la expulsión fue completamente merecida. Para ese momento, el Atlético Tomelloso ya era dueño y señor del encuentro, dominando con la pelota y moviéndola de lado a lado ante la mirada de los rivales.
Javi Fernández trataba de descolgarse para encontrar el balón cerca de los centrocampistas, pero la maraña defensiva tejida por Sergio Inclán apenas concebía espacios para los delanteros visitantes. Javi López y Elías lo intentaban sin éxito, a pesar de contar con la constante presencia en ataque de Luque y De la Hoz por ambos costados.
Sin embargo, fue el equipo capitalino el que gozó de la primera ocasión del encuentro después de que Javi Ramiro cabeceara ligeramente desviado un centro de Miguel desde la izquierda. No sería la última. Jesute aguantaba bien la pelota y abría a las bandas constantemente. En una de esas, Pascu puso a prueba a Buyo con un duro disparo que el cancerbero visitante atajó sin mayores dificultades.
Hubo que esperar a los últimos minutos del primer tiempo para contar la primera oportunidad tomellosera. Fue en botas de Loren, que cazó en el borde del área un balón rechazado por la defensa que a punto estuvo de enviar a la jaula.
Más de lo mismo en el segundo tiempo
Pareció salir con más mordiente el conjunto auriverde nada más comenzar el segundo acto, ya que gozó de una buena ocasión por medio de Alexandre para ponerse por delante, pero su disparo desde la frontal se marchó desviado por milímetros. Fue un mero espejismo. Rápidamente ambos equipos volvieron por los mismos fueros por los que vagaron durante la primera parte. El dominio auriverde era estéril y el CD Manchego llevaba el partido por donde quería.
Sería el mismo Alexandre quien inquietara la meta rival a la salida de una falta que se envenenó y se marchó rozando el palo. A pesar de ello, Pascu estuvo a punto de poner por delante al cuadro azulón después de un fuerte disparo desde la frontal al que Buyo respondió muy bien. Cinco minutos más tarde sería Antonio quien a punto estuvo de marcar el primer tanto del encuentro después de una buena jugada de Abraham, pero Buyo salvó a su equipo en el mano a mano.
El partido se pondría más de cara para los de Julián Espinosa tras la expulsión, rigurosa, de Pascu. Con quince minutos por delante y dos jugadores más sobre el terreno de juego, Julián Espinosa dio entrada a Jorge Morales para buscar más presencia arriba, pero el equipo estuvo precipitado y escaso de la más mínima precisión para encontrar la profundidad necesaria para inquietar la portería de un Sergio Sánchez que apenas tuvo trabajo.
El partido fue el epílogo perfecto para un año lleno de sombras que debe servir de reflexión en todos los estamentos del club para intentar darle la vuelta a la situación.